Las 60 familias que viven en el edificio Miret, inmueble de la calle Aragón que sufrió un incendio el pasado lunes, llevan varios días sin electricidad y sin agua en sus pisos, por lo que la mayoría de vecinos se han visto obligados a buscarse un hotel o apartamento de alquiler. Por ahora, aseguran que nadie les ha sabido concretar cuándo podrán recuperar estos suministros.

Un cortocircuito en el cuarto de contadores en el que trabajaban unos electricistas provocó una gran humareda que se propagó por todo el inmueble y que intoxicó a unas veinte personas. El fuego destruyó la instalación eléctrica, por lo que desde el lunes no funcionan las bombas de agua ni los ascensores.

El fuerte olor a quemado persiste aún en el edificio, cuatro días después del incendio. La imagen ayer seguía siendo dantesca: paredes y suelo totalmente cubiertos de hollín y cientos de cables correspondientes a unos 70 contadores fundidos entre sí y un cuadro eléctrico derretido por completo... Justo al lado, están los ascensores, cuyo hueco se convirtió en una chimenea por la que se propagó el humo hasta la última de las once plantas, explicó Toni Bauzá, vecino y administrador de la finca.Desde el lunes por la tarde, Bauzá se ha dedicado a intentar, sin resultado

, que Endesa les restablezca de alguna manera la electricidad y que la compañía de seguros les concrete de qué gastos se hará cargo, ya que muchos de los que se han visto obligados a irse de su casa están pagando hoteles o apartamentos.

El Institut Balear de la Dona, con sede en este bloque, ha cerrado su oficina y ha reubicado a su personal, que sigue trabajando a distancia. Un vigilante custodia la entrada del edificio para proteger el material con el que se trabaja y también para impedir que se okupen las viviendas vacías.

Ante algunas críticas de otros vecinos, que responsabilizan al Institut de la Dona del incendio, supuestamente por promover unas obras, su presidenta, Maria Duran, aseguró ayer que "el IBDona no ha hecho ninguna actuación que los peritos consideren irregular" y que por tanto no se sentían "responsables" de este suceso. Duran añadió que habían ofrecido su colaboración a la comunidad de propietarios para conseguir un contador provisional y que su ofrecimiento había sido rechazado.

Esperando la factura

La vuelta a la normalidad tardará y será costosa, comentaba ayer un grupo de vecinos a la entrada del edificio, del que entra y sale gente continuamente, portando garrafas de agua a su vivienda o llevándose bolsas de ropa al hotel.

A uno de los vecinos, su compañía de seguros le ha valorado en 10.000 euros la indemnización por el arreglo de su piso y el pago de la vivienda que ha tenido que alquilar. Los afectados echan cuentas y, teniendo en cuenta que son 63 viviendas, los daños en zonas comunes y en la instalación eléctrica general, calculan que el coste total superará el millón de euros.

En el mismo edificio Miret está la sede de RNE y TVE, que emiten gracias a un generador instalado en una furgoneta aparcada sobre la acera. Eso sí, unos trapos siguen tapando las rendijas bajo cada puerta para evitar que entre el olor y el hollín desde el pasillo.

El supermercado Mercadona funciona con normalidad y tiene suministro gracias a que su instalación es independiente. Los vecinos le agradecen que les haya dejado conectarse para, al menos alumbrar la entrada.