Vecinos de la Llotja continúan sin poder dormir después de la medianoche por el ruido, ya que hay restaurantes que incumplen el horario de terrazas. Las mesas y sillas tienen que ser retiradas a las 23 horas, pero en sitios como las plazas Drassana y la Llotja, y la avenida Antoni Maura no ocurre así, sobre todo los días de mayor afluencia de clientes, cuando los negocios infractores permiten usar la terraza hasta las 00,30 h., tal como denuncian.

Un grupo de vecinos afectados ha reactivado la histórica lucha de esta zona de Palma contra el ruido y ha creado una nueva asociación para defender el descanso de los residentes. El primer paso ha sido personarse en el recurso que la patronal de los restauradores ha interpuesto contra el consistorio por la citada limitación horaria en la Llotja. Los empresarios quieren que vuelva a ampliarse hasta las 00,30 horas los fines de semana y las vísperas de festivo y hasta la medianoche entre semanaquieren que vuelva a ampliarse hasta las 00,30 horas los fines de semana y las vísperas de festivo y hasta la medianoche entre semana, una modificación que los afectados no tolerarán "de ningún modo", advierten desde la asociación de vecinos la Llotja-Born.

Además del problema sobre el incumplimiento del horario de cierre de las terrazas, la entidad denuncia que souvenires de la avenida Antoni Maura también abren hasta esas horas, al igual que el mercadillo de artesanía instalado de jueves a domingo en el paseo Sagrera. Recuerdan que la zona fue declarada de especial protección, aunque "no sirve para nada, porque los vendedores del mercadillo se quedan hasta la una de la madrugada y, para hacer la carga y descarga del material, se meten en el paseo, que es un Área de Circulación Restringida (Acire) solo para vecinos".

Algunas de las consecuencias son los destrozos efectuados en los adoquines debido al peso de los vehículos y en las palmeras a causa de la instalación de tomas de electricidad en los troncos, tal como enumera la asociación, que considera "incongruente" que el Ayuntamiento haya autorizado este tipo de instalación en una zona tan perjudicada. "Esta oferta comercial atrae a más gente y el número de establecimientos de restauración ya es excesivo como para añadir aún más clientela", en palabras de un portavoz.

Por si fuera poco, dos negocios de Antoni Maura tienen pantallas de televisión en el exterior para retransmitir fútbol y otros utilizan la vía pública para colocar todo tipo de objetos, como jamones, cubos, carteles, camisetas en las fachadas, sin contar aquellos que tienen permiso para instalar una mesa fuera con sus productos. Concluyen desde la asociación que "la Llotja es un barrio sin ley, parece el Arenal del casco antiguo y los empresarios hacen lo que les da la gana, porque las autoridades son cómplices de quienes incumplen las ordenanzas", incluido el restaurador que ha puesto mesas y sillas en el rellano de la escalera vecinal, según ejemplifica dicho portavoz, que espera soluciones del nuevo gobierno en Cort.

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