El alcalde, Antoni Noguera, se muestra tajante contra los pisos colmena: "Con la vivienda no se puede jugar ni especular". Tras la intención de la empresa Haibu 4.0 de implantar en Palma el modelo que ya promueve en Barcelona y París, el rechazo es unánime por parte del actual gobierno de Cort, la Federación de Asociaciones de Vecinos, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Promotores. El primer edil de Ciutat recuerda que construir habitaciones de dos o seis metros cuadrados "no está permitido por la normativa y, por lo tanto, no se puede implantar" en la capital balear.

Según afirma Noguera, "no son en ningún caso una alternativa habitacional y no tienen cabida en nuestro modelo de ciudad", donde el acceso a la vivienda debe "garantizar siempre el bienestar de la persona". Actualmente, la normativa urbanística prohíbe dormitorios de menos de ocho metros cuadrados y exige que los inmuebles residenciales tengan una superficie mínima de entre 35 y 40 metros cuadrados con una altura de 2,5 metros, según indica el decreto de habitabilidad del Govern en el que se basa el Plan General de Ordenación Urbana de Palma para otorgar las licencias de obra.

"Nichos para vivir"

El presidente de los vecinos, Joan Forteza, califica este modelo de "nichos para vivir" y considera que "atentan contra la dignidad de quien está en una situación de precariedad". La empresa esgrime que solventa temporalmente el problema de los elevados precios de los alquileres, pero Forteza argumenta en cambio que "no lo soluciona, sino que se aprovechan él para obtener un beneficio económico".

En esta línea, el portavoz vecinal apunta un dato: "Dos metros cuadrados son 200 euros al mes, por lo que con la ley de la proporcionalidad cuesta mucho menos alquilar una habitación o un piso entero y compartirlo. Esto demuestra que hay un objetivo especulativo". Y concluye: "Muchos pueden pensar que es mejor pagar 200 euros que dormir en la calle, pero el actual modelo de trabajo, salario precario y ahora vivienda convierte a numerosas personas en esclavos del sistema".

Para el portavoz del Colegio de Arquitectos, Nacho Salas, este tipo de oferta "no son viviendas, sino alojamientos temporales comparables a las antiguas casas de huéspedes u hostales en los que dormían los temporeros". También tiene claro que "no son lugares idóneos para residir ni hospedarse", aunque considera que se debe cambiar la normativa de vivienda para abrir el abanico de posibilidades.

Por último, el presidente de la Asociación de Promotores, Luis Martín, cree que la nueva oferta "se aleja por completo del significado de una vivienda digna y no es el camino a seguir", pero sí ve "necesario que la administración facilite la construcción de pisos más pequeños, de 40 a 60 metros, porque lo demanda la sociedad".

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