Una de cada cuatro toneladas de basura que generaron los ciudadanos de Palma a lo largo del año pasado pueden ser reutilizadas, lo que ha supuesto un incremento del reciclaje de casi cinco puntos situándose el porcentaje de recogida selectiva en el 24,65% frente al 20,74% de 2017 o el 15,36% de 2015.

La presidenta de Emaya, Neus Truyol, ha atribuido esta mañana este incremento de las fracciones de residuos sólidos urbanos que se pueden reutilizar en detrimento de las toneladas de basura que van directamente a la incineración a los medios puestos a disposición de los ciudadanos por parte de la empresa municipal y a una mayor concienciación de la población.

Pese a lo anterior, Palma aún está lejos de alcalzar el 50% de reciclaje fijado por la Unión Europea para 2020. Truyol ha confirmado que "no vamos a llegar a reciclar la mitad de la basura, aunque haremos todo lo posible para acercarnos a este objetivo".

Según la también teniente de alcalde de Ecología, Agricultura y Bienestar Animal, teniendo en cuenta el incremento del reciclaje en el último año es más que probable que en 2020 se pueda superar el 30%, lo que supondrá que se duplicará el volumen de residuos sólidos urbanos que pueden ser reutilizados en relación a los datos del principio del actual mandato.

Como dato negativo la responsable municipal ha señalado el incremento del volumen de basuras generado, que el año pasado fue del 5,4% en relación a 2017, mientras que desde 2015 este aumento, atribuido al incremento de la población y la mejora de las condiciones económicas, ha sido del 17,6%. Pese a lo anterior, de los datos proporcionados ayer se desprende que la mayor parte del aumento de los residuos generados se han reciclado, puesto que la fracción de rechazo, que va directamente a la incineración, solo se incrementó en un 0,19% en 2018 y ha sido del 4,7% desde 2015.

Emaya recogió el año pasado 245.885,87 toneladas de residuos sólidos urbanos, de las cuáles 185.271 fueron de rechazo, que se llevaron directamente a la incineración. Las 60.614 toneladas restantes se correspondían a las distintas fracciones de recogida selectiva: 9.195,87 (3,74%) cristal, 6.749 (2,74%) envases, 13.498 l(5,5%) papel cartón, 3.219 (1,3%) orgánica, 41,18 (0,02%) aceite, 19.386 (7,88%) de los parques verdes y 8.524 (3,47%) otros voluminosos, entre los que se incluyen la ropa, restos de poda y apatatos eléctricos.

Por fraccinones, el crecimiento de la recogida selectiva ha sido más importante en los parques verdes, con un incremento del 79,1% entre 2017 y 2018 de los materiales reciclados depositados en ellos, debido a la ampliación del de Son Castelló y a la puesta en funcionamiento del de Sant Jordi. Si se compara desde 2015 el incremento ha sido del 1.330%.

El cambio en el sistema de la recogida de aceite usado ha supuesto un aumento del 105% del volumen recuperado, mientras que la implantación de la recogida móvil en el centro histórico y la prueba piloto que se ha puesto en marcha en varias barriadas desde hace unos meses ha permitido incrementar la recogida de la fracción orgánica en un 50% en 2018 y del 113% desde 2015.

El papel ha crecido un 8,5%, el vidrio el 10,5% y los envases el 9,6%, en relación a 2017. La recogida de estas fracciones desde 2015 se ha incrementado en un 17%, 37% y 30%, respectivamente.