El recoleto y apacible barrio de Son Espanyolet ha dejado de ser tranquilo. Música machacona, gritos, risas y chapuzones en la piscina a cualquier hora del día, barbacoas casi todas las noches, grupos en las terrazas charlando y bebiendo hasta la madrugada... "Y eso que todavía no abrimos las ventanas, pero cuando llegue el calor, el ruido será insoportable", augura un afectado. Quienes más lo sufren son los residentes de las viviendas próximas a las "villas" (así las publicitan) de la sociedad Alzina Living, que comercializa 62 plazas turísticas en tres calles del barrio -Alzina, Mas y Porto- con los servicios habituales de un establecimiento hotelero.

El administrador único de esta empresa es el noruego Erik Oren y durante los últimos tres años ha adquirido ocho propiedades en Son Espanyolet (una de ellas está a nombre de la sociedad limitada Mediterranean Sa Calobra) y un inmueble en la zona costera de Cala Gamba. Actualmente, tres se destinan al alquiler vacacional, aunque está construyendo otra casa con 14 plazas que también comercializa, a pesar de que no puede tener la necesaria licencia de la conselleria de Turismo, ya que todavía carece de la cédula de habitabilidad, tal como explican desde el Govern. "Un inspector de Turismo ha acudido a la obra, ha levantado acta y se han iniciado los trámites para comprobar si se ha incurrido en una ilegalidad", según añaden las mismas fuentes del Ejecutivo balear.

Además, el área de Urbanismo del ayuntamiento de Palmayuntamiento de Palma ha notificado esta semana a Alzina Living una "orden de suspensión de obras de reforma porque no tiene concedida la licencia", tal como señalan desde la regiduría municipal. Hacen referencia a la vivienda de la calle Alzina 40, mientras que las plazas turísticas comercializadas y aún en obras se encuentran en el número 7.

La página web de la empresa publicita la casa como Can Siete y en ella se muestra lo que llaman "número de licencia turística", que empieza por la letra L. Esto es en realidad el número de la DRIAT (Declaración Responsable de Inicio de Actividad Turística), que "puede presentarla y comenzar a operar cualquier negocio que vaya a desarrollar una actividad turística", especifican por parte de la conselleria de Turismo.

Antes de la aprobación de la ley de alquiler vacacional en 2017, se presentaron miles de DRIAT para esta finalidad y el departamento de "ordenación turística las está revisando para comprobar que cumplen todos los requisitos y convertirlas en licencias turísticas (identificadas como ETV)", según advierten. El expediente de la construcción de la calle Alzina 7 está siendo analizado, por lo que si finalmente confirman que hay una irregularidad, se le retirará la DRIAT y tendrá que empezar de cero, lo que conllevará la compra de plazas turísticas existentes o de la bolsa creada para ello, que es lo que establece la nueva ley.

Hasta 580 euros/noche

Las otras tres "villas" dedicadas al arrendamiento vacacional están en las calles Mas 19 y 23 y Porto 43. Las dos primeras llegan hasta la calle Alzina 22 y 26, respectivamente, y fueron reformadas en 2016 y 2017 tras ser adquiridas poco antes. La llamada Son Mas, que data de los años 40 y tiene dos edificaciones en un solar de 700 metros cuadrados, es la de mayor tamaño y ofrece hasta 20 camas en ocho dormitorios. Cuentan los vecinos que el escandinavo la compró por 600.000 euros a tres hermanos que la heredaron de sus padres. Después adquirió la denominada Sant Josep (ya que linda con la calle de ese nombre) por 900.000 euros, según dicen los residentes. El inmueble tiene seis dormitorios con capacidad para 14 turistas y el alquiler por noche asciende a 390 euros, frente a los 540 de la más grande.

Porto es la más cara (580 por noche para acoger a un máximo de 14 personas) debido a que es de nueva construcción y ofrece a sus inquilinos una piscina que "puede climatizarse" y un jacuzzi en la azotea, además de muchas otras comodidades en 175 metros cuadrados en un solar de 250. Can Siete será muy similar si al final consigue la licencia turística. Se publicita por 500 euros/noche en la plataforma web Airbnb, donde se señala que estará disponible a partir del 1 de septiembre. Ambas tienen seis dormitorios, aunque una sala de la primera planta se puede convertir en otro con el fin de hospedar a 14 turistas.

Alzina Living anima en su web a "vivir como un local" en "villas urbanas" con "licencia turística en cada propiedad" (en realidad son DRIAT) y "experimentar el auténtico estilo de vida de Palma[...] en el encantador barrio de Son Espanyolet". Venden "estar en el campo y en la ciudad al mismo tiempo. El espacio, tranquilidad y libertad de una villa combinado con la ventaja de estar en el centro de Palma". Y destacan que todas tienen piscina y espaciosas zonas exteriores y se hallan en un radio de 200 metros entre ellas, ideal para diferentes grupos.

Los vecinos consultados, que prefieren no dar sus nombres, aseguran que "en absoluto viven como un residente. Se pasan el día en la piscina o la azotea, no van de visita por Mallorca, sino que se quedan aquí bebiendo y haciendo ruido. Es horroroso", afirma uno. Otra perjudicada ha "amenazado al encargado de la empresa con denunciarles si no ponen remedio".

Las últimas compras

La preocupación en el barrio ha aumentado al ver que la empresa ha comprado otras cuatro casas. La de la calle Alzina 40, que llega hasta el número 35 de Mas, estaba en obras antes de ser paralizadas por Cort esta semana y los vecinos sospechan que planean instalar "un centro de operaciones y una especie de restaurante para no contratar catering

Alzina Living también tiene un inmueble en la esquina de la calle Barrera con Mas con una licencia "para arreglar deficiencias"; otro en Mas número 39 de 374 metros cuadrados adquirido el pasado diciembre por Mediterranean Sa Calobra -una sociedad del mismo administrador único- y una gran casa con terreno de 800 metros cuadrados situada en la calle Mas número 36 A, esquina con la calle Son Espanyolet, y adquirida en septiembre, tal como consta en el registro de la propiedad a nombre de Alzina Living. Las dos últimas viviendas aún no tienen licencia solicitada en Urbanismo.