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Sa Torreta

Rebautizar la Operación Nube

En cuanto asoma por el horizonte un cumulonimbo la policía local se pone en marcha. Es consciente de que las hordas extranjeras...

Los turistas descubren Palma los días grises.

En cuanto asoma por el horizonte un cumulonimbo la policía local se pone en marcha. Es consciente de que las hordas extranjeras asaltarán Palma desde los cuatro puntos cardinales de la isla. Ante la imposibilidad de frenar su avance, la única opción es canalizarlo. Los agentes intentan evitar, con relativo éxito, que la ciudad quede colapsada.

Es la Operación Nube. Craso error. Primero, porque pone el acento en las causas antes que en las consecuencias. Segundo, porque transmite al mundo la idea de que en Mallorca hay días nublados y que existe la remota posibilidad de que llueva... y eso es malo para el turismo.

Podría rebautizarse el despliegue como Operación Gran Atasco, incluso como Operación Mogollón -las rimas rimbombantes quedan bien-. Eso colocaría el acento en las consecuencias, igual que la Operación Tormenta del Desierto advertía a Sadam Husein sobre lo que se le venía encima. En pleno debate sobre turismofobia, se darían alas a quienes defienden límites a la llegada de visitantes... y eso no es bueno para el turismo.

La policía y los políticos deben promover el lado optimista de las cosas. Es una oportunidad para difundir que Palma es más que un parrilla en la que asarse poco, medio o muy hecho o una calle del jamón con poco jamón y mucha cerveza.

La operación debería bautizarse en positivo. Algo así como Palma Educa, Palma Entretiene. Cursi, sí; pero muy en la línea kumbayá de Cort. El nombre estaría en consonancia con los objetivos. Por ejemplo, según estadísticas tan fiables como las de CIS, gracias a un día gris mil alemanes descubren que cerca del Ballermann 6 existe una ciudad llamada Palma. Otro 50.000 se enteran de que existe una ciudad pero no de cómo se llama. Cien ingleses se asombran de que en la old city-no intente llevarles la contraria, no entenderían que se permita que en edificios tan históricos se cuelguen cables-. Y lo más importante, docenas de ingleses y alemanes gritan "¡oh!" ante la magnificencia de la catedral. Pues eso, las nubes educan y entretienen.

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