En el plano de Palma de Joan Ballester de 1760 se ven cinco. En uno anónimo y en otro de Ramon Santaner, ambos de 1775, hay nueve. Los mismos que en el de Bartholome Reynaud de 1800. En el grabado de Llorenç Muntaner de 1831 solo se ven siete, faltan los dos más próximos a las murallas. Algunas fuentes llegan a citar once. En la foto de Torrelló que acompaña este artículo, tomada a principios de los años 70, se cuentan cinco, del último solo se intuye la base. En la actualidad quedan cuatro.
Son los molinos de la calle Indústria. Un conjunto del siglo XVII que estuvo a punto de perderse por completo por los sueños desarrollistas desmesurados y que solo se conserva parcialmente. Los que se mantienen en pie son los llamados d'en Tià Gran, d'en Lluc, de Cas Coqué y d'en Burriada. Junto con los del Jonquet eran conocidos como el Molinar de Ponent en contraposición con los de Can Pere Antoni y los del barrio que mantiene el topónimo de estos ingenios para moler el trigo.
La imagen muestra el estado de degradación en que se encontraban hace cuatro décadas. La calle Indústria era conocida hasta 1880 como Camí de Son Rapinya, Camí de Puigpunyent o, simplemente, Camí dels Molins. Inicialmente se planeó dar a esta vía el mismo ancho que hoy tiene en el primer tramo, el que va de Avinguda Argentina a Comte de Barcelona. Esta decisión hubiese supuesto otra liquidación patrimonial.
Si se observa la fotografía se puede deducir fácilmente que el molino que está en primer término de la imagen se encuentra justo enfrente de lo que hoy es el hotel Continental, en la parte ensanchada de Indústria. Por tanto fue derribado. Torrelló debió tomar una de las últimas fotografías. La excavadora acecha desde la sombra para acabar con tres siglos de presencia.
Posteriormente cayó el café de Can Menut y los molinos de Indústria ganaron visibilidad. Los cuatro que quedaban fueron declarados Conjunto Histórico Artístico en 1981 y dos años después comenzó su rehabilitación. Han cobijado diversos negocios. No siempre con fortuna.
