Mateo Isern es consciente de que los presupuestos municipales presentados ayer son los últimos de su mandato y de su paso por el Ayuntamiento de Palma. Lamentó que la situación económica no haya permitido realizar ninguna obra por la que sea recordado, pero se consuela afirmado que le ha tocado "pagar las fotos que se hicieron otros", ya que buena parte de los 124 millones que se habrán devuelto a los bancos cuando finalice el actual mandato "son consecuencia de inversiones aprobados en anteriores mandatos que hemos pagado en éste".

Se va satisfecho del trabajo realizado por lo que se refiere a la gestión municipal y afirma que, pese a las dificultades, se ha sentido "cómodo" con la situación vivida "ya que toda mi vida me he dedicado a la gestión".

Espera que esta forma austera de gestionar los recursos públicos, que supone no gastar más de lo que se tiene y, al mismo tiempo, haciendo posible mantener los servicios básicos municipales, "se quede incorporada al ADN de la administración municipal". Reconoció que el proyecto presupuestario no ha sido pactado con la junta territorial del PP de Palma, porque cuando decidió no presentarse como candidato "ya estaban prácticamente confeccionados".

Si bien las cuentas para el próximo año apenas incorporan inversiones, se destinarán 10,6 millones a este apartado, 5,4 millones para un proyecto de eficiencia energética, 1 a expropiaciones, 329.000 euros al nuevo equipamiento de los bomberos, 250.000 euros a la renovación de la flota de la Policía Local, 75.000 euros al Plan de Movilidad, y otra cantidad a la demolición del bloque VIII del Camp Redó. Con el Govern habrá que negociar el próximo año a qué se destinan 22 millones de los 30 millones pendientes de la ley de Capitalidad.