La resolución de la gerencia de Urbanismo, que se aprobará hoy, que declara que el estadio del Lluís Sitjar se encuentra en situación de ruina y ordena a sus propietarios –423 que se reparten 666 títulos– a adoptar una serie de medidas cautelares y proceder a su derribo en seis meses, una vez notificado del acuerdo, concluye un expediente iniciado en noviembre de 2010. La resolución se basa en un dictamen elaborado por los técnicos del Servicio de Protección de la Edificación, que concluye que el estadio se encuentra en situación de ruina económica. Esta declaración implica dos consecuencias: la obligación de adoptar por parte de los propietarios medidas cautelares y la demolición de las instalaciones.

De forma inmediata, una vez que todos los propietarios hayan recibido la notificación, en el plazo de un mes deberán proceder al desalojo de las personas que ocupen el inmueble, tapiar todos los accesos y reconstruir el muro de cerramiento de la zona de la tribuna cubierta, además de sujetar la barandilla exterior. En dos meses deben redactar un proyecto de demolición y en los cuatro meses siguientes proceder al derribo.

Lo anterior debe estar cumplimentado en el plazo de seis meses. Si se presentan recursos judiciales y los propietarios piden y obtienten del juez la suspensión cautelar del acuerdo, éste puede demorarse entre uno y dos años. J. C.