¿De quién es el edificio de Gesa? El interrogante ha estado en el aire desde diciembre de 2008, cuando Endesa lo abandonó y el comprador del solar en 2005, la compañía Josel S.L., participada mayoritariamente por Núñez y Navarro, no quiso las llaves. El ex presidente del Barça alegó que él había comprado un solar, no un edificio.

El Ayuntamiento, en aquel momento, también lo tenía claro. El edificio no era de propiedad municipal, pero cuando concluyera el procedimiento administrativo que incluía una nueva modificación del Plan General y la tramitación de un nuevo proyecto de reparcelación que asignaba las nuevas propiedades, pasaría a ser un equipamiento público de uso público y de propiedad municipal.

De hecho, Núñez y Navarro sigue considerando que el inmueble no es suyo. No respondió al requerimiento municipal que le obligaba a proceder al vallado de la parcela y al tapiado de los accesos. Asimismo, en las alegaciones presentadas en enero contra el proyecto de reparcelación, supedita la propiedad del edificio a la estimación o no de la demanda interpuesta contra Endesa para la resolución del contrato entre Josel S.L. y la compañía eléctrica por considerar que esta última incumplió una de las condiciones esenciales del contrato de compraventa: el derribo del edificio de Gesa.

Pero para entender esta cuestión debemos remontarnos varias décadas atrás. El Plan General de Ordenación Urbana de Palma (PGOU) de 1985 y el revisado de 1998 preveían la construcción de edificios de viviendas de hasta once alturas en los terrenos de primera línea del litoral de Llevant comprendidos entre la autopista del aeropuerto, la avenida Gabriel Alomar y Villalonga, Joan Maragall y Manuel Azaña. El edificio de Gesa, que ocupaba uno de los cinco solares en los que se divide la actuación, quedaba fuera de ordenación y debía ser derribado.

Primera modificación

En 1999, el último consistorio de Joan Fageda promovió una primera modificación del Plan General que afectaba a la fachada marítima de Llevant, que tenía por objeto rebajar la edificabilidad permitida en la primera línea y adecuar los terrenos necesarios para la futura construcción del Palacio de Congresos.

Se encargó el proyecto al arquitecto catalán Joan Busquets. Esta nueva modificación del Plan General, aprobada definitivamente en mayo de 2003, rebajaba las alturas de los edificios de primera línea de once a siete y mantenía el derribo del edificio de Gesa. Los propietarios de estos solares –Endesa y Mapfre– eran compensados con el doble de la edificabilidad que perdían en primera línea en la segunda, tal como se incluye en la documentación urbanística.

Asimismo, el valor del edificio de Gesa –que debía ser derribado– fue compensado a favor de Endesa mediante más edificabilidad en la segunda línea y la exención de la cesión gratuita del 10% del aprovechamiento urbanístico. Poco después de la aprobación definitiva del cambio, en 2004, Núñez y Navarro y Endesa anuncian que han llegado a un acuerdo de compraventa por el que la compañía catalana adquiere tres de los cinco solares de primera línea por 4,2 millones. El acuerdo, que se formaliza en 2005, no sería efectivo hasta diciembre de 2008. Endesa se comprometió a entregar el solar de Gesa sin el edificio.

Solicitud de preservación

Mientras tanto, en 2004, el Colegio de Arquitectos de Balears solicitó al Consell que estudiase si el inmueble tenía categoría suficiente para que fuese preservado como ejemplo de arquitectura moderna. Los técnicos del Consell concluyeron que se debía conservar con la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC), pero la comisión política rebajó la preservación a la categoría de Bien Catalogado. En consecuencia, no se puede derribar. Además, el Consell obligó al Ayuntamiento a modificar nuevamente el Plan General para incluir la protección de este edificio en el ordenamiento urbanístico.

El acuerdo se adoptó por parte de la institución supramunicipal poco antes de las pasadas elecciones, cuando Cort ya concedió licencias de construcción en primera línea a Mapfre. De hecho, una de las primeras actuaciones del nuevo equipo de gobierno de Aina Calvo consistió precisamente, en junio de 2007, en paralizar las obras que Mapfre había iniciado en el solar que tenía junto a Gesa en virtud de la licencia otorgada. La paralización fue posible porque el Ayuntamiento debía proceder a una nueva modificación del Plan General para incluir la preservación del inmueble.

Se aprovechó la nueva modificación del planeamiento para incluir también una aspiración de la ciudadanía que se había puesto de manifiesto en la campaña electoral: la conversión de los solares de primera línea en parque.

De esta forma, la nueva propuesta recalificaba estos solares cambiando su uso residencial a espacio libre y equipamientos públicos de propiedad municipal. El edificio de Gesa, que no puede derribarse, se calificaba como equipamiento público y su propiedad pasaba a ser municipal.

En la nueva modificación del Plan General se incluye asimismo cómo se compensará a los propietarios afectados la pérdida de edificabilidad en primera línea. Se echa mano del convenio suscrito en 2003, plenamente en vigor, y se propone que tanto Mapfre como Núñez y Navarro serán compensados con el doble de la edificabilidad en segunda línea.

En el caso de la compañía catalana, además, se le asigna el solar de Emaya en Joan Maragall, que es de Núñez y Navarro desde el pasado miércoles. El acuerdo es firme por haberse aprobado la modificación y la consecuente reparcelación que adscribe las nuevas propiedades. El Ayuntamiento, además, "pagó" en su momento el valor del derribo del edificio que ahora ha de preservarse.