Opinión

Bellos juegos de la memoria

Dos mujeres mayores pasean por un parque.

Dos mujeres mayores pasean por un parque. / GABRIEL LUENGAS

Desde hace más de 70 años saludo cuando nos cruzamos, sin que hayamos intercambiado prácticamente palabras, a un niño con el que jugué un rato en un parque junto a un colegio, tal vez después de Reyes (había juguetes por medio), bajo la mirada de nuestras madres. Al pasar hace días por ese mismo parque con unas personas, veo a mi antiguo «amigo» sentado en un banco y lo saludo. En ese momento la memoria me lanza uno de sus avisos. Me aparto de mis acompañantes, voy hacia él, nos damos la mano y le digo que el día en que nos habíamos conocido y jugado un rato (¿1953?) había sido en la misma zona del parque en la que estamos. Me dice que él estudiaba en el cercano colegio y yo que allí lo hacía también una hermana mía a la que iba a buscar a la salida con mi madre. Luego nos despedimos («¡hasta la próxima!») y aprieto el paso para recuperar a mis acompañantes de 2024.

Suscríbete para seguir leyendo