‘Botifler’ y de la ‘fachosfera’

Todo el mundo que no siga al líder socialista en sus delirios formará parte de la ‘fachosfera’, da igual cuáles sean su profesión o sus ideas políticas

Albert Soler

Albert Soler

Van pasando los días y nadie me ha metido todavía en la fachosfera, ese invento de Pedro Sánchez para colocar ahí a todo el que disienta de él o de la amnistía, lo mismo da, ya son lo mismo. Uno, que es catalán, ya está más que acostumbrado a que si disiente le llamen facha, aquí es la norma desde hace años y se lleva con orgullo, pero en el resto de España no conocían esta bonita tradición, así que la fachosfera llena un hueco.

Mientras los catalanes que no fuimos engañados por el ‘procés’ disfrutamos de ser considerados malos catalanes por parte de los que sí fueron estafados, los españoles que no tragan carecían hasta ahora de una denominación de origen, de un club que los agrupara. La fachosfera ha venido para solventar esa carencia. De ahí que haya sido todo un presidente del Gobierno quien haya anunciado su creación.

De Sánchez se podrán decir muchas cosas, pero hay que admitir que cumple siempre sus promesas: lo hace prometiendo a la vez una cosa y su contraria, de manera que le resulta imposible no cumplir. Celebremos, pues, su idea de la fachosfera.

Solicitudes a la Moncloa

A partir de ahora, todo el mundo que no siga al líder socialista en sus delirios formará parte de la fachosfera, da igual cuáles sean su profesión o sus ideas políticas. Ahí caben Savater, Frank de la Jungla, Vicente Vallés, Cercas, Bertín Osborne, Azúa, Pérez Reverte, Carlos Sainz, cualquier juez que pretenda hacer cumplir la ley, socialistas desafectos al régimen -entre ellos González y Guerra-, todos los taxistas y, a la larga, todo ciudadano mayor de 18 años que crea que gobernar un país es cosa seria y no un cambalache por siete votos.

De entrada, algunos van a ofenderse, es natural, ya pasó en Catalunya cuando empezaron a calificar de botiflers a los no lacistas, pero a la larga se convirtió en un elogio. Lo mismo va a ocurrir con la fachosfera, así que no protesten los aludidos, al contrario, lleven con orgullo su pertenencia a la nueva comunidad de ciudadanos libres.

Estoy de los nervios. No sé dónde han de mandarse las solicitudes para ser admitido en la flamante asociación, supongo que a la Moncloa, que es donde se expiden los carnés de fachosfera. Uno, que a la menor ocasión afirma con la cabeza bien alta que en su propia tierra ha sido calificado de botifler, traidor y facha, no puede permitirse quedarse fuera de la fachosfera. Mucho menos, sabiendo que la alternativa sería formar parte de la sanchosfera. Y eso sí que no. Entre fachosfera y sanchosfera, debe optarse siempre por la dignidad.

Suscríbete para seguir leyendo