Entrebancs

Desconfianza y crispación ciudadana

Ilustración: Desconfianza y crispación ciudadana

Ilustración: Desconfianza y crispación ciudadana / DM

Antonio Tarabini

Antonio Tarabini

En la cultura política de los países democráticos, incluida nuestra Comunidad (Quaderns Gadeso nº 449) coexiste un extendido sentimiento de desconfianza hacia la política, los partidos, los políticos profesionales, y sus Instituciones y Organizaciones teóricamente representativas y participativas.

Entre los factores que podrían explicar esa paradoja figuran los cambios sociales que han erosionado la identificación de los ciudadanos con los partidos y la frustración ante los resultados de la política, sobre todo en el caso en el que las principales fuerzas políticas, incluidas las «nuevas», se revelan incapaces de garantizar un modelo económico de crecimiento estable. Pero además existe un factor adicional: los cambios sociales han complicado también el proceso de preferencias, que implica a los partidos políticos en compatibilizar la resolución de los problemas generales con la satisfacción de demandas ciudadanas.

La confianza ciudadana en las distintas instituciones es un factor básico. Si realmente queremos superar esta crisis de forma eficiente y lograr una verdadera calidad democrática es necesario averiguar cuáles son las causas que se esconden detrás de la enorme desafección que se detecta dentro de la sociedad. La brecha entre representantes y representados es considerada para un 63% de los ciudadanos como la causa principal de la desafección actual: de los cuales un 72,8% se concreta en la falta de credibilidad de los partidos políticos.

Es de máximo interés la valoración de nuestra Autonomía. Las imprescindibles reformas no pueden afrontarse desde meros mecanismos administrativos/contables. Es imprescindible abordarlas desde reformas estructurales (territoriales, administrativas y políticas) del Estado de las Autonomías. De momento cada Comunidad barremos hacia nuestra casa. Un 42% opta por una Autonomía con más competencias, y un 22% elige el modelo vigente. Es significativo que un 38% de los votantes de Vox y un 15,5% de los votantes del PP opten por una limitación de competencias; un 31% de los votantes socialistas eligen el modelo federalista; un 5% a favor de la autodeterminación concentrados en los votantes de Més. Y en referencia a las Instituciones es preocupante la baja consideración (7%) que tenemos en nuestro Parlament donde se presupone reside nuestras soberanía; seguida del 38% los Consells Insulares (especialmente en Formentera y Menorca); y un 55% los Ayuntamientos.

La desconfianza ciudadana ha convertido las lógicas y normales discrepancias políticas en crispación permanente. El debate, la posibilidad de llegar a acuerdos y un largo etcétera, se ha convertido en el uso y abuso de insultos y descalificaciones. Ejemplos, haberlos haylos: Hemos convertido el Día de la Constitución en el Día de la Crispación.

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