Crónicas estivales (1)

Los nadies

Ilustración: Los nadies

Ilustración: Los nadies / JUAN CABALLERO

Antonio Tarabini

Antonio Tarabini

Cada verano regreso a mis Crónicas Estivales. No se trata de mirar hacia atrás con nostalgia. Simplemente se trata de gozar de mi dolce far niente estival descubriendo un libro autor/a, de conversaciones con nuevos y/o antiguos amigos.

En esta mi primera Crónica Estival 2023 voy a referirme a realidades presentes a las que nunca había prestado interés. Las farolas callejeras, cuya función se supone es iluminar, convertidas en tablas de anuncios, S.O.S., búsquedas de objetos, animales y personas. Tal realidad me llamó la atención y las fotografié. Me llamó la atención, entre otras, la búsqueda de animales de compañía, especialmente gatos. Por simple respeto no quiero reproducir los diversos textos. Todos tenían y siguen teniendo la urgencia de su gato, con foto y nombre incluido, como única persona de compañía de personas solas. Realidad que no sólo afecta a personas mayores.

Otra peculiar realidad me llamó la atención. Mujeres maduras que han dedicado su vida al denominado trabajo doméstico. Quehaceres múltiples y diversos. Atención y cuidado de personas y sus entornos. Me llamó también la atención una foto reproduciendo un esfuerzo máximo para intentar mover y transportar una silla de ruedas con persona mayor incluida. Del texto se deducía que habían perdido su empleo, simplemente porque los años no pasan en balde. Visto lo visto resultaba evidente que tales personas no «gozaban» de un contrato de trabajo. Ahora pedían S.O.S.

Personas jóvenes buscando trabajo. «Chica seria, cuidado de niños, experiencia en personas, disponibilidad inmediata». Solicitud de meses. Respuestas nulas. Por simple casualidad conocí a «Chico joven 23 años, ha trabajado en bares, construcción, transporte en bicicleta de objetos múltiples», mientras fotografiaba su anuncio. «Trabajos haberlos haylos. Extensivos e intensivos sin horario». Con el salario no podía cubrir el alquiler de un piso compartido. Sacó de su bolsillo un trozo de un periódico local que decía «Balears es la región con la mayor brecha entre ricos y pobres».

Llegado a este punto, el azar me remitió a un autor de referencia, Eduardo Galeano, cuyo texto, Los Nadies, reproduzco:

Ilustración: Los nadies

Ilustración: Los nadies / JUAN CABALLERO

«Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata».

Suscríbete para seguir leyendo