Tribuna

Cuando las promesas se convierten en mentiras

Llorenç Galmés

Llorenç Galmés

Hubo un tiempo en el que al mentiroso se le apartaba del escenario público. Ahora los mentirosos gozan de total impunidad. Es el caso de la presidenta del Consell de Mallorca, la socialista Catalina Cladera. No obstante, como en el cuento de Pinocho, hay mentiras con las patas cortas y mentiras con narices largas. Las mentiras de la todavía presidenta insular, son de nariz larga.

Durante esta legislatura se ha dedicado a engañar a los mallorquines, sin sonrojarse. Sin vergüenza, ni tapujos. Su lista de mentiras es eterna.

Con Cladera vivimos en un déjà vu constante. Lleva años anunciando la nueva residencia de Gent Gran de Ciutat Jardí de Palma y sigue con las obras paradas y a medias, el centro de menores de Puntiró en stand by, no ha llevado a cabo todas las obras de mejora de la residencia de La Bonanova y la Llar d’ancians que prometió y no ha hecho ninguna intervención en ningún otro centro del área de inclusión, como Ca l’Ardiaca.

En Sant Llorenç, cuatro años después de la tragedia, siguen sin iniciarse las obras y sin arreglarse los puntos negros. En Alaró, llevan ocho años anunciando la compra de la finca del castillo y la operación continúa bloqueada. En Santanyí, se comprometió a construir el Parque de Bomberos y a día de hoy lo único que hay es un solar vacío, lleno de hierbas donde aparca la gente y no ha creado el Centro de Interpretación de Sa Dragonera.

Tampoco ha invertido ni un euro en mejorar la red viaria de Mallorca. Si bajara del coche oficial, se daría cuenta del mal estado en el que se encuentran las carreteras de Manacor a Felanitx, de Algaida a Llucmajor, de Llubí a Santa Margalida y Can Picafort, de Selva a Campanet, la de Santa Eugenia, de Palmanyola a s’Esgleieta, de Porreres a Felanitx o de s’Alqueria a Porto Petro; así como tantas otras. También prometió la construcción de la ronda de s’Alqueria Blanca y sigue en punto muerto y ya ha borrado del plan sectorial la ronda de Sencelles o la de Artà.

También se comprometió en los Acuerdos de Raixa a terminar el primer tramo del segundo cinturón y no ha hecho absolutamente nada. Eso sí, ha agravado los atascos con su ocurrencia del carril VAO y la limitación de los 80 Km/h en la Vía de cintura.

Prometió el embellecimiento de las zonas turísticas maduras, como Magaluf, Platja de Palma, Alcúdia o Cala Rajada y a la vista está su abandono, teniendo más dinero que nunca y ha sido incapaz de ejecutar el 50% de los proyectos de la ecotasa que anunció a principio de legislatura. Prueba de ello, el proyecto del camino de El Toro a Santa Ponça.

También ha demostrado que con ella la cultura no está segura. No ha comprado sa Fabrica Nova de Sóller, no ha restaurado el belén de La Sang, ni los molinos de Sant Jordi, no ha rehabilitado las torres de defensa, ni el Covent dels Mínims de Sineu, no ha creado el Centro de Arqueología subacuática de Mallorca, el museo de Pollentia y tampoco ha reformado el Sindicat de Felanitx, ni el Museu Krekovic.

Esto es lo que pasa cuando las promesas se convierten en mentiras, que pierdes la confianza y te acaban pillando.