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Tribuna

Elecciones al fin

Moreno se resistía porque barrunta que va a cambiar a un socio colaborador -rayando en la docilidad, amable y centrado- por Vox. El auge del partido de Abascal es uno de los motivos | En el PP piensan que cada día que pasa, ese partido tiene más apoyo electoral

Juanma Moreno y Elías Bendodo, en el Palacio de Congresos de Sevilla.

Casi con nocturnidad pero sin alevosía. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, convocó este lunes elecciones autonómicas para el 19 de junio. Adelanto, pero menos. Los cuatro años se cumplen a final de año pero el Estatuto impide comicios en julio y agosto. La convocatoria fue tras un Consejo de Gobierno extraordinario por la tarde con comparecencia posterior a la hora estelar de los informativos. Poca memoria hay ya de cuando se coló en la agenda política regional y nacional este asunto. Se lleva hablando meses de esta posible convocatoria. Moreno se resistía porque barrunta que va a cambiar a un socio colaborador -rayando en la docilidad, amable y centrado- por Vox. El auge del partido de Abascal es uno de los motivos. En el PP piensan que cada día que pasa, ese partido tiene más apoyo electoral.

Otro motivo, a medias real a medias excusa, es la necesidad de tener en otoño un presupuesto para 2023. Aunque las declaraciones en los últimos tiempos acerca de si Ciudadanos se integraría en unas listas conjuntas con el PP han sido contradictorias, Arrimadas ha rechazado finalmente esta posibilidad.

A los comicios se presenta un PSOE que ha renovado a toda prisa sus listas eliminando el susanismo con un candidato, Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, no asentado ni demasiado conocido en algunas provincias. No pocos sondeos le dan menos escaños que los que sacó Susana Díaz. La izquierda está atomizada y, salvo sorpresa en forma de arrebato unionista, concurrirán dos listas. Teresa Rodríguez, exPodemos, es la más apreciada y conocida de ese lado del espectro político.

Vox tiene por decidir oficialmente a su cabeza de cartel. La favorita es Macarena Olona, alicantina, diputada por Almería, activísima en las redes, muy presente en la región últimamente y que se ha ido a París a fotografiarse con los dirigentes del lepenismo en la noche electoral gala. La ultraderecha tiene alas allende los Pirineos aunque Marine Le Pen no haya logrados ser presidenta. Vox, gracias a Mañueco y Feijóo, ha logrado no ser visto como un voto inútil. El mensaje es claro: entran en gobiernos, ya no se conforman con ser socios exteriores. El presidente de la Junta es uno de los dirigentes que más abomina de Vox, a los que no perdona algunas afrentas personales. Se va a librar, si se da el caso, de ser el primero que lo integra en un Gobierno. Eso queda para el presidente de Castilla y León. En cualquier caso, y merced al vuelco sociológico que se ha producido en Andalucía, no hay que descartar tampoco un fuerte ascenso del propio PP. El mantra en este partido es que si se logra más votos que toda la izquierda junta, se podría intentar un Gobierno monocolor. En los últimos tiempos, la actividad del PP, de sus consejeros y del presidente de la Junta ha sido frenética. Inauguraciones por doquier a lo largo y ancho del territorio. Incidiendo mucho en la Sanidad, conscientes de la desafección que este ámbito le produjo al PSOE. Convenios, firmas, promesas, centros de salud remodelados, anuncios de nuevos hospitales e incluso acuerdos generosos con sindicatos del ramo para que no haya demasiadas protestas. Todo, en los últimos tiempos. Solo en la provincia de Málaga, por ejemplo, en pocos días se ha ‘inaugurado’ un centro de salud en San Pedro Alcántara; se han anunciado equipamientos en el de Cártama, se ha prometido uno nuevo en Torremolinos y se ha revestido de inicio de obras (que no tienen ni el proyecto redactado) el derribo de dos casetas en los terrenos donde iría el tercer hospital de Málaga capital.

El PSOE tiene una campaña difícil. Azuzar el miedo a la extrema derecha le salió bastante mal a Susana Díaz. El andaluz fue el primer parlamento en el que entró Vox. Y ya se ha visto el asunto cómo está en Francia. Sí parece que van a esquivar la sentencia del Supremo sobre los ERE que iba a colarse en campaña. Parece que el alto tribunal está por no interferir en la campaña. Esta es la primera campaña ya con Feijóo en plenos poderes y la gran prueba de fuego para Elías Bendodo, poderosísimo consejero de Presidencia que deja la política andaluza para disgusto de Juanma Moreno pero que no obstante llevará y diseñará la campaña antes de irse definitivamente a Madrid, donde ya tiene un pie y donde ejerce como número dos del PP nacional. En teoría es el tres pero se comerá pronto el espacio de Cuca Gamarra por el mucho olfato político que tiene, la afición a lo orgánico y las ganas que le va a echar.

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