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Miguel Vicents

Médicos señalados

El mundo al revés. Las entidades en defensa del catalán que tantas veces, durante los años de la Transición pero también ahora, han recibido en sus locales ataques en forma de pintadas de grupúsculos de extrema derecha, utilizan ahora las mismas técnicas para amedrentar y señalar a otros colectivos que creen contrarios a la defensa de la lengua. He pensado esto al ver los carteles con el lema «Aquí es discrimina la nostra llengua» colgados en las fachadas de cinco centros de salud de Mallorca, acusando de forma injusta a todo el colectivo de sanitarios de Son Pisà, Santa Catalina, Casa del Mar y las unidades de salud de Binissalem y Campos de discriminación lingüística. La Plataforma per la Llengua es la autora de la acción, una entidad con presencia en Balears, Cataluña y la Comunidad Valenciana que dice trabajar por la cohesión social de la lengua y que recibe generosas ayudas públicas por ello. Si considera que algún derecho ciudadano ha sido conculcado o violentado podría haber acudido a los tribunales con el relato concreto. Tiene la ley a su favor. Pero ha preferido amedrentar de forma pública a todo el colectivo sanitario en bloque, perder la razón con una bravuconada maleducada, igual que los energúmenos que a finales de los setenta y principios de los ochenta llenaban de pintadas la fachada de Llibres Mallorca o los colectivos de extrema derecha que todavía hoy llevan su odio a la fachada de Can Alcover, la sede de la Obra Cultural Balear.

Nadie ha salido en defensa de los médicos y sanitarios injustamente acusados en bloque. Hay odios que están ya demasiado institucionalizados. Otro día, si nos viene bien, ya agradeceremos a los profesionales de la medicina su trabajo abnegado contra las oleadas de covid, doblando turnos y renunciando a vacaciones.

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