En los puertos de interés general de las Islas Baleares nuestra voluntad es que el medioambiente sea política de políticas. Verdaderos puertos verdes que respondan a las exigencias de sostenibilidad de un planeta del que estamos abusando como si en vez de uno fueran tres. Una sensibilidad imprescindible, además, en un territorio y un mar que le rodea, frágiles y de gran riqueza natural. Una obligación a la hora de diseñar la nueva economía y, en especial, la economía azul.

También somos conscientes de que, aunque esta es nuestra voluntad, nos queda mucho camino por hacer y esta es la razón de que ya hayamos aprobado nuestra Estrategia Ambiental en línea con las directrices de Puertos del Estado y las normativas locales, españolas y europeas.

En todo ello juega un papel central la lucha contra el cambio climático. Una verdadera misión, pues andamos pasados de tiempo, que nos obliga a prevenir, salir al paso y adaptarnos a sus efectos y a establecer, previa la oportuna evaluación, una planificación de actuaciones para la reducción de emisiones a la atmósfera.

En este sentido ya hemos contratado con la Universidad Politécnica de Cataluña el desarrollo de un plan de adaptación al cambio climático de nuestros puertos y estamos trabajando en la creación de una oficina técnica ambiental que, entre otras cosas, nos guíe en la descarbonización de estos.

Para ello contamos ya con muchas iniciativas, como la implantación de un proyecto de Cold Ironing en el muelle de Paraires del puerto de Palma y que entrará en servicio a finales de 2021, gracias al cual los ferris se podrán conectar a tierra en media o baja tensión, reduciendo la emisión de gases contaminantes y la generación de ruidos provocados por los motores. O la mejora de la eficiencia del alumbrado público que se acaba de realizar en el puerto de Maó, con la ayuda del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y que está previsto que se realice a través de los nuevos fondos europeos en los puertos de Palma, Alcúdia y Eivissa. También estamos participando en el proyecto BALITH (financiado al 100% por la UE) para dotar de una batería de lignina a la Estación Marítima del Botafoc en el puerto de Eivissa, para almacenar la energía fotovoltaica proveniente de los paneles instalados en el aparcamiento de la terminal de pasajeros.

Otro proyecto en ejecución es el Green Hysland (financiado por la UE) en que está previsto la utilización de hidrógeno verde en la Estación Marítima número 4 de Palma procedente de las plantas solares que se desarrollarán en Lloseta y en Petra. En este proyecto participa el Govern balear y otros actores comprometidos en la lucha contra el cambio climático.

También conviene resaltar los proyectos para hacer autosostenibles las estaciones marítimas de la Savina, Alcúdia y la número 6 de Palma. Estas dos últimas serán una realidad en poco tiempo gracias también a los nuevos fondos europeos, que se emplearán además para la contratación de una asistencia técnica para la mejora energética de otros edificios del puerto.

Otro aspecto a destacar de nuestro compromiso en el camino hacia unos puertos verdes es la protección del medio marino en nuestro espacio de competencia. Así, en los puertos de Eivissa y la Savina ya se está realizando la limpieza de la lámina de agua con embarcaciones propulsadas por motores eléctricos. O la apuesta decidida de la Autoridad Portuaria de Baleares, con la ayuda de la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern balear, de sustituir sus vehículos convencionales por eléctricos, dotar de puntos de recarga a todos los puertos e instalar placas fotovoltaicas en las marquesinas de los aparcamientos.

Una descarbonización para la cual habrá que aunar esfuerzos con otros puertos con los que compartimos Corredor Mediterráneo y líneas regulares, y que habrá que fomentar -en los nuestros- en todo tipo de tráficos.

A todo ello hay que sumar la voluntad de impulsar la economía circular en nuestra comunidad portuaria, que cuenta ya con algún proyecto piloto en materia de gestión de residuos, así como las iniciativas que ya se están aplicando para gestionar recursos como el agua, buscando el máximo ahorro y eficiencia, controlando consumos abusivos, pérdidas o empleando los sistemas de riego más respetuosos con el medioambiente. Para ello la APB está impulsando los convenios de buenas prácticas con los concesionarios de instalaciones náuticas además de la instrucción de prescripciones que mejoren el desempeño ambiental de nuestros puertos.

La lucha contra el cambio climático es una verdadera misión en la que ya no valen medias tintas. Así lo entendió el Govern de les Illes Balears con su pionera ley de Cambio Climático, y así nos lo recuerda el Gobierno de España con sus políticas y dando apoyo a las medidas y fondos de la Comisión Europea para hacer efectivo, en esta materia, el Pacto Verde Europeo.

Para ello será imprescindible la colaboración estrecha entre instituciones, y entre estas y la iniciativa privada, lo que invita a aplaudir proyectos como el clúster para atraer conocimiento e inversores al Hub Energético del Districte Innovador Llevant-Façana Marítima de Palma, así como todos aquellos que favorezcan la reducción de emisiones a la atmósfera. Solo contando con planificación, infraestructuras y espacios de colaboración será posible cumplir una misión tan crucial para todos.