Pasado: nostalgia. Los antiguos alumnos, sus padres, sus profesores seglares, sus profesores jesuitas… recuerdos y nostalgia por Montesión, por los años vividos en sus aulas, en sus patios, entre sus piedras, pupitres y capilla. Ante las noticias aparecidas en la prensa se evocan recuerdos, alegrías, penas, amistades, picardías y anécdotas.

Presente: pandemia. Todo está revuelto, se tambalea. Nueva normalidad. No hay relevo de jesuitas. Nuevas necesidades pedagógicas educativas. Nuevos responsables. Viejo edificio, con necesidad de remodelación y conservación. Mucho o poco espacio, según se mire. Ideas geniales y luminosas. Intereses diversos más o menos interesados.

Futuro: incierto. Traslado completo a Son Moix. Transformación en una residencia de la tercera edad y en un museo. Consolidación y restauración de la Iglesia y lugares antiguos. Con ello se asegura la supervivencia de los edificios y nominalmente la de la Compañía de Jesús en Palma.

Posdata: Personalmente, como jesuita que soy, me pregunto: ¿Quién lo decidió? ¿Cómo y cuándo se decidió? ¿A quiénes consultaron? ¿Quiénes lo llevarán a cabo? ¿Cuantía de la operación y quién la financia? ¿Se ha tenido discernimiento ignaciano? ¿Se han tenido en cuenta las preferencias apostólicas universales?

Desearía transparencia y una justa memoria histórica. Con mucho cariño y respeto.