La realidad no invita al optimismo. El mazazo de la pandemia en marzo ha dado paso a un nuevo día a día plagado de problemas, que nos hace añorar un tiempo que se nos antoja muy lejano. Y sin embargo hay que remar, hay que seguir adelante confiando en que se hallará una solución médica para controlar la covid-19 y, a partir de ese momento, enderezar las terribles consecuencias que su irrupción habrá provocado. Valga esta reflexión para hablar de mi libro, que diría Paco Umbral. De periodismo y de lo que supone para Diario de Mallorca la renovación de su edición digital, que hemos estrenado esta semana.

El periodismo vive en una permanente crisis existencial. Uno de mis primeros profesores en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Computense de Madrid, Bernardo Díaz Nosty, nos dijo a principios de los 90, sin titubear, que nosotros ya no viviríamos como periodistas la prensa en papel. Desde entonces y hasta ahora, los periódicos nos han dado cada mañana en los kioscos grandes momentos de gloria. Y los que les quedan, en un formato, contenido y periodicidad que en mi opinión cambiarán a medio plazo, pero que seguirán aportando al lector ese momento placentero de acceso a la información sin pantallas de por medio.

El cuestionamiento permanente del modelo y el trabajo periodístico, lógico y necesario en una profesión con una gran exposición pública y en una sociedad cada vez más compleja y exigente, se ha planteado también respecto a los contenidos. En España, las grandes cabeceras nacionales estrenaron la democracia con un adscripción ideológica que hoy en día sería cuestionada. Y los debates sobre el tratamiento de temas como los sucesos, la violencia de género o la intimidad son permanentes. Estos últimos años, el periodismo convive con dos fenómenos que le afectan de forma muy directa, las redes sociales y las denominadas ‘fake news’, es decir los bulos y la desinformación.

Es cierto que la desbordante abundancia informativa puede generarnos la sensación de sentirnos mejor informados. Sin embargo, hay que saber discernir el grano de la paja. La información, del relato sesgado o, peor todavía, de la difusión masiva de noticias falsas con un objetivo perverso. Contra la manipulación, es fundamental identificar al emisor del mensaje y conocer sus intenciones. Solo así podrá el ciudadano valorar la solvencia de lo que recibe y el valor que le aporta.

Los medios de comunicación tenemos, en este escenario, una enorme responsabilidad. Nuestro objetivo es contar la realidad, seleccionarla, contrastarla, analizarla y, una vez cumplidos los requisitos de veracidad, publicarla. Sin ánimo de caer en la autocomplacencia, no es un objetivo baladí. Una prensa libre e independiente que garantiza el derecho a la información del ciudadano es garantía de una sociedad democrática. Por ello, el periodismo, hoy en día, en tiempos de incertidumbre y complejidad, es más necesario que nunca.

Diario de Mallorca es una cabecera que nació en 1953, fruto de la unión de dos periódicos con solera, La Almudaina y El Correo de Mallorca. Ha sido y es, ahora integrado en el grupo Prensa Ibérica, un referente de un periodismo riguroso y una opinión plural, una fuente de confianza para los lectores. Y además un periódico local con vocación de cercanía e identificación con los mallorquines y con sus intereses colectivos. A su edición de papel se suma desde hace años la digital, una ventana al mundo que nos ofrece la posibilidad de llegar a un nivel de precisión, inmediatez y detalle periodístico que nunca habíamos alcanzado. Textos, fotografías, videos, gráficos, análisis, opiniones, referencias documentales, hemos llegado al contenido periodístico total, en el que un tema se puede abordar con toda la profundidad que requiera, ofreciendo al mismo tiempo al lector la posibilidad de llegar hasta dónde desee.

La renovada web www.diariodemallorca.es permite al lector acceder de una manera más sencilla y ágil a todas las noticias y artículos y ver con más calidad y espacio las imágenes y videos. La información de proximidad, de la isla, Palma y los pueblos, adquiere especial relevancia. Es fundamental la adaptación de la web a los teléfonos móviles y tabletas, desde donde la mayoría de lectores se informan, lo que permite un mejor acceso al contenido. El portal crea un espacio exclusivo para los suscriptores, con contenidos propios y navegación sin publicidad.

El objetivo es seguir haciendo periodismo. Que ustedes encuentren en Diario de Mallorca la información y la opinión que buscan. Y que entre todos contribuyamos a construir una sociedad más informada y, por tanto, mejor. En nuestro periódico, que es sobre todo el suyo, hemos decidido que, aun en circunstancias adversas de la pandemia, que nos afectan a todos, hay que seguir dando la batalla informativa y siendo una referencia de rigor y confianza. Y en eso estamos.

* Directora de DIARIO de MALLORCA