Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El candidato era Negueruela

A diferencia de sus predecesores, Francina Armengol acostumbra a consultar sus decisiones. Escucha a un máximo de personas para después imponer su santa voluntad, según tenía previsto de antemano. Por tanto, la presidenta es enteramente culpable del desastroso tándem Socias/Manchado para las generales de diciembre, que logró relegar al PSOE a tercera fuerza de Balears por primera vez en la historia. En su elegante despedida, el candidato socialista al Congreso ironizó que "el pelo ya no me permite llevar coleta". En realidad, la coleta, la peineta o el traje de faralaes hubieran mejorado su campaña. Al ridiculizar la coiffure de su rival, acentúa la dimensión de su fracaso.

Armengol al aparato. Si el candidato no tiene ocho apellidos socialistas, la presidenta despliega su risotada con espinas y se presenta al Congreso por persona interpuesta. Asciende a número uno de la lista a su jefe de gabinete, alguien de quien nada se sabe según corresponde al cargo. Pere Joan Pons se presenta como vástago de una saga intelectual, otra rémora para hacer campaña en Mallorca. La única evidencia es que el PSOE no ha encontrado a nadie mayor que Socias. El elegido no arrastra ni un voto, y el partido que un día fue de izquierdas tiene pocos sufragios que perder.

El PSOE vuelve a equivocarse, el candidato era Iago Negueruela. No solo porque Armengol buscaba un enviado especial de su Govern a Madrid, sino porque debajo del inspector laboral anida un político de cierta envergadura. Hablamos a la modestísima escala de Balears, pero el conseller de Trabajo no solo consigue que le escuchen por hablar diferente, sino que domina inesperadamente la teatralidad aneja a la vida pública. Su colocación al frente de la lista al Congreso hubiera sorprendido y neutralizado el auge de la izquierda. Hubiera sembrado dudas en votantes progresistas. La jugada estratégica de reservarlo para un próximo envite a Cort peca de optimista. Nadie puede garantizar que el PSOE exista en 2019, dado el empeño que los dirigentes de dicho partido ponen en autodisolverse. Y ya saben, si les consulta la presidenta, callen para pillarla desprevenida.

Compartir el artículo

stats