"Se está produciendo una injusticia financiera y está habiendo insolidaridad con los ciudadanos de Balears, que han pagado este déficit social con recortes sociales", ha dicho la consellera de Hacienda Catalina Cladera. Se refería a los 1.330 millones que, según ella, Balears cedió graciosamente en 2012 al resto de España, y que equivalen al presupuesto anual del Ib-Salut. Esto le permitía concluir rotundamente: "Nos están ahogando".

¿Puede el Gobierno central estar beneficiando a unas comunidades a costa de otras? Puede. Pero si hay unas herramientas especialmente inútiles para tratar de averiguarlo son las balanzas fiscales. Esto es así porque reflejan, no sólo las eventuales discriminaciones territoriales, sino también diferencias perfectamente explicables siempre que en una comunidad haya, por ejemplo, rentas más altas, menos personas desempleadas, o menos perceptores de jubilación. Supongamos dos comunidades exactamente iguales en población, pirámide demográfica, territorio, etc. y un Gobierno que asignara a ambas comunidades exactamente la misma financiación. Supongamos ahora que en una de ellas hay rentas más altas. Pues bien, a pesar del escrupuloso reparto de gasto, la balanza estará desequilibrada. En realidad la balanza tiene que estar desequilibrada siempre que estemos de acuerdo en que es razonable pagar impuestos. Si esto no nos ha quedado claro, trasladémoslo a barrios y pensemos si sería bien recibido que los vecinos de Son Vida se quejasen de su déficit fiscal que lo tienen con respecto a Son Gotleu.

Conscientes de las limitaciones del método de las balanzas fiscales, en 2014 los profesores De la Fuente, Barberán y Uriel desarrollaron un "sistema de cuentas públicas territorializadas" en el que separaban el grano de la paja, eliminaban las partidas en las que las diferencias no obedecen a un trato distinto, y dejaban al descubierto aquéllas en las que puede haber agravios territoriales. Las llamaron "gasto territorializable", que incluye no sólo la financiación regional propiamente dicha, sino también las inversiones en infraestructuras y ayudas regionales. Desde luego, el estudio proporciona información muy relevante.

¡Qué frustrante tomarse tanto trabajo para nada! Ahora la consellera Cladera y el director de Presupuestos Joan Carrió han tomado el informe de los venerables profesores y se han equivocado de tabla. Porque no hay 1.330 millones de "agravio" eso es meramente la balanza fiscal sino 232 millones el gasto territorializable. Y de estos únicamente 120 millones corresponden a financiación autonómica.

¿Cómo han llegado Cladera y Carrió a los 1.330 millones? Caben, creo, tres posibilidades. 1) Ellos comenzaron a leer el informe con su mejor voluntad, pero al ser largo y farragoso y teniendo tal vez cosas mejores que hacer se cansaron y se pararon en los primeros datos que encontraron. 2) La consellera Cladera, a pesar de figurar como socialista, es anarcoliberal y seguidora de Nozick, y entiende que es inmoral pagar impuestos. 3) La consellera ha decidido, ejem, meternos una trola ante la evidencia de que este gobierno no tiene la menor intención de contener el gasto y será necesario tener alguien a quien echar la culpa del déficit. Yo no me decido.

* Cabeza de lista de Ciudadanos Baleares a las elecciones generales