El president del Govern, Francesc Antich, ha anunciado que Balears, al final, acabará teniendo para el próximo año unas bonificaciones en el transporte aéreo similares a las alcanzadas por Canarias mediante el acuerdo entre el PSOE y Coalición Canaria(CC), a cambio del apoyo de la formación insular a los Presupuestos Generales del Estado.

Como resultado de una negociación en la que parece haber sido determinante la intervención del Secretario general de Turismo, Joan Mesquida, el jefe del Ejecutivo autonómico ha cogido alas desde el momento en que ha confirmado que el grupo parlamentario socialista en el Congreso ha presentado una enmienda parcial a los presupuestos generales del Estado para 2011 por la cual "el grueso" de las bonificaciones otorgadas a Canarias serán también aplicables a Balears. Si así es, significa que deberán subvencionarse a la par, en un archipiélago y otro, las tasas para las compañías de navegación aérea que aumenten rutas, frecuencias y pasajeros. Está claro que es una equiparación exigible por igual porque la insularidad, en todos sus efectos, es un hecho con el que conviven y combaten a diario tanto Balears como Canarias. La única diferencia de partida, que no justificación, está en la circunstancia de que el archipiélago atlántico, por efecto de su mapa de partidos y por el comportamiento del electorado, tiene mayor peso político que el balear.

No todo se acaba en el anuncio de nuevo trato semejante efectuado por el president Antich. Habrá que estar atentos y vigilantes sobre su aplicación y sobre unos contenidos que ahora, pese a todo, siguen siendo demasiado abstractos. También porque los antecedentes aconsejan mantener esta actitud de control y desconfianza. Basta ver el affaire de las últimas semana a cuenta de los descuentos para pasajeros residentes. Además, la equiparación con lo logrado por CC al decidirse a aprobar los presupuestos generales del Estado, no será completa en ningún supuesto. Hay apartados relativos a las mercancías por vía marítima, políticas de empleo y líneas de crédito del ICO de las que no se habla al referirse a Balears.

No están superados todos los obstáculos. Aena mismo ha mantenido una posición "dura" porque sabe que si el aumento de tasas aéreas se compensa con nuevas bonificaciones, sus arcas se verán notablemente afectadas a la baja. La nueva situación se produce también cuando todavía no está constituido en Comité de Rutas de Balears, lo cual no contribuye a fijar una posición reivindicativa de mayor fuerza.

De todos modos, parece claro que los sectores afectados de forma más directa, mantendrán esta necesaria posición vigilante para que la teoría se vuelva práctica efectiva. Los hoteleros ya han dejado claro que reclamarán para Balears "hasta la última coma" de lo obtenido por Canarias y en el plano más estrictamente político, el PP tacha de "poco ambiciosas" las bonificaciones aéreas logradas por el president Antich.

El tiempo dirá, como tantas veces, pero necesita hacerlo sin demasiada dilación, porque estamos ante una problemática de justicia geográfica y social y económica. Necesitamos confirmar que las mociones del Parlament balear no caen en saco roto una vez más, que se han acabado los agravios y que no nos volvemos a encontrar frente a una insustancial operación de maquillaje. Por eso insistimos en la necesidad de la actitud vigilante. Y por otra cuestión última, Canarias es un competidor turístico directo de Balears. La competencia debe ser noble en cualquier caso, sin cláusulas al margen de la opinión pública. Este también es otro aspecto por observar cuando todo ha partido de un compromiso político de alto calibre que en definitiva ha servido para dar oxígeno al PSOE en el Congreso y, por tanto, para sostenerle en el Gobierno.