'Siempre el mismo día'

Creadora: Nicole Taylor 

Dirección: Molly Manners, Kate Hewitt

Reparto: Leo Woodall, Ambika Mod, Eleanor Tomlinson, Essie Davis

País: Reino Unido

Duración: entre 21 y 38 min. (14 episodios)

Año: 2024

Género: Drama romántico

Estreno: 8 de febrero de 2024 (Netflix)

★★★★

La primera adaptación a la pantalla de 'Siempre el mismo día', muy vendida y querida novela de David Nicholls de 2009, vino escrita por el propio autor del libro, pero hubo bastante consenso en que aquella 'Siempre el mismo día' no era lo mismo. Se echaba de menos la emoción original e incomodaba escuchar a la neoyorquina Anne Hathaway cambiando entre acentos en su papel de oriunda de Leeds.

Trece años después de la película, llega la versión en formato de serie, uno mucho más adecuado para una historia así de episódica. Recordemos que el título del libro respondía a la ingeniosa elección estructural de Nicholls: ir visitando a los protagonistas siempre el mismo día, el 15 de julio, a lo largo de dos décadas, e investigar por qué esas dos personas no saben dejar de pensar la una en la otra y, sin embargo, no acaban de tener la vida conjunta que se merecen.

El primer día es, en realidad, una noche: la del 15 de julio de 1988, cuando Dexter Mayhew (Leo Woodall) y Emma Morley (Ambika Mod) cruzan sus caminos por primera vez en el baile de graduación de la Universidad de Edimburgo. Primera selección musical en la frente: 'Your love', el clásico del house de Chicago de Frankie Knuckles. En principio, Dex y Em no tienen mucho que ver, pero eso solo hace que su rivalidad dialéctica les resulte más excitante. Él es un niño bien cuyo único plan inmediato es viajar. Ella, de familia de clase obrera, es mucho mejor estudiante y planea cambiar, si no el mundo, sí al menos la pequeña parte que le ha tocado ocupar. Es un poco inevitable estar de parte de Em, sobre todo después de ver una entrada de un concierto de Prefab Sprout en el corcho de su cuarto de estudiante. Y, sin embargo, tampoco se puede odiar al fatuo de Dex, cuya mirada azul deja entrever corrientes de humanidad. 

Tras ese (no) lío de una noche, les seguimos en el mismo día de años posteriores, cada 15 de julio, día de St. Swithin. A veces ni siquiera llegan a compartir plano, pero en ningún caso dejan de estar en la vida o el pensamiento del otro. Sus caminos no son paralelos, son más bien divergentes. Al chico nacido con un pan debajo del brazo le llueven oportunidades como presentador televisivo; ella encadena trabajos poco agradecidos mientras trata en vano de progresar como escritora. Las grandes esperanzas de juventud se diluyen en la realidad. Todo podría ser mejor si se juntaran, si dejaran de autoboicotearse como potencial pareja, pero ¿no significaría eso renunciar al dulce dolor de lo platónico, al potencial perenne de lo que nunca llegó a ser? 

El equipo creativo y el reparto de 'Siempre el mismo día' saben explorar con delicadeza, con la emoción que faltaba en la película, una historia de amistad ambigua y cruel, en la que no se suele decir lo adecuado en el momento adecuado. Que la serie superaría a la película se veía venir: su creadora es Nicole Taylor, excelente guionista de 'La infamia', aquí apoyada inicialmente por Molly Manners, directora de la segunda temporada de 'In my skin'. Los diálogos mejoran capítulo a capítulo y el cierto frenesí narrativo (o de canciones) va dando paso a algo muy parecido a la comedia dramática romántica perfecta.

Pero, sobre todo, inspiraba confianza la presencia al frente del reparto de Ambika Mod, revelación de 'Esto te va a doler': era la médica residente Shruti, por cuyo curso vital siguen muchos espectadores conmocionados. A su lado, Woodall (el ligue gamberro de Portia en 'The White Lotus', temporada 2) aguanta más que bien el tipo como energúmeno enternecedor. La madre de este último está encarnada por Essie Davis, sufrida heroína de 'Babadook', y como mejor amiga de Emma tenemos a Amber Grappy, ya muy divertida en 'Smothered'. Cada pieza encaja con emotiva precisión en una serie condenada a barrer en Netflix y convertir a sus jóvenes protagonistas en estrellas totales. Tiempo al tiempo.