Darse un baño en el mar a los pies de la Serra de Tramuntana es una de las tantas maravillas de las que podemos disfrutar en Mallorca. Las calas que esconde este tesoro de la Humanidad son de difícil acceso, de dimensiones algo reducidas y cantos rodados, pero vale la pena descubrirlas. Cala Tuent, sa Calobra, cala Deiá, cala Banyalbufar y cala Estellencs son apenas cinco ejemplos de la singular belleza de su paisaje.

Cala Tuent es una de las playas bajo la sombra del Puig Major (1.445 metros de altitud), la cima más alta de las islas. A 40 kilómetros de Sóller, situada entre Punta de sa Corda y Morro des Forat, rodeada por un denso pinar y algunas casas de veraneo edificadas a partir de los años sesenta. Es una de las playas más amplias y cómodas de esta zona de Mallorca, en la que es habitual encontrar pequeñas calas de roca.

Sa Calobra

Sa Calobra es otra de las calas que no hay que dejar de visitar. Está a 38 kilómetros de Sóller, situada entre Morro de sa Vaca y Morro de ses Fel·les. El reclamo de esta playa de arena, grava y cantos rodados, se encuentra tras el túnel peatonal que bordea los acantilados verticales y agrestes, dando acceso a la bellísima y paradisíaca desembocadura del Torrent de Pareis, fuente de inspiración de artistas y donde cada verano se realiza un concierto coral gracias a su acústica excelente.

Cala Deià

Cala Deià es una de las preferidas de las estrellas. Está a 10 kilómetros de Sóller, situada entre Punta de Son Beltran y sa Pedrissa, donde se levantó una torre de defensa contra las incursiones piratas. Los picos imponentes del Teix (1.064 metros d’altitud) y el Caragolí proyectan su sombra hacia Deià. Este entrante de mar bellísimo, rodeado de acantilados medianos, coronados por monte bajo y pinar, finaliza en una playa semicircular en la que desemboca un torrente y se levantan hermosos bancales. Arena gruesa y grava componen su paradisíaco talud de pronunciado desnivel. En los márgenes se hallarán un embarcadero pequeño, escars y unos restaurantes, muy elogiados por sus arroces y pescados a la plancha. Es habitual en verano coincidir con personajes populares de ámbito internacional.

Cala Banyalbufar es ideal para los amantes del buceo por sus aguas cristalinas. Se encuentra a 17 kilómetros de Valldemossa, situada entre Punta sa Galera y sa Pedra de s’Ase. En los alrededores existe un núcleo residencial y alojamientos turísticos. Este bellísimo entrante de mar de Serra de Tramuntana, en forma de uve, finaliza en una cala tranquila en la que destaca su longitud en proporción a su estrechez. Cantos rodados y gravas forman el talud que acogerá a los visitantes. La luminosidad que desprenden las porciones de sus acantilados verticales sin cubrir por mullidos pinos, doblegados por la acción eólica, aumenta por la claridad de su agua transparente. ?

Cala Estellencs también atrapa por su belleza. A 21 kilómetros de Andratx, situada entre Punta Rotja y Cala de Son Pruaga, y bajo la vigilancia del enigmático Puig de Galatzó (1.026 metros de altura). En sus alrededores se divisan viviendas residenciales. Esta cala realiza una doble función, de playa para bañistas locales, registrando una afluencia baja, y de puerto pequeño para pescadores. Este pellizco de mar en Serra de Tramuntana en forma de u finaliza en una cala semicircular de cantos rodados y piedras, destacando su longitud en proporción a su estrechez, donde desemboca el Torrent de Son Fortuny. Está encajada entre acantilados altos y verticales, de arcilla roja, coronados por pinos. Si el torrente lleva agua, el visitante podrá darse una ducha de agua fría y dulce.