Se calcula que existen más de 20.000 especies de algas, solo unas pocas se comercializan para uso alimentario. Las algas destacan nutricionalmente por sus propiedades beneficiosas, ya que son ricas en vitaminas y minerales, como calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio o yodo. Además, algunas algas son ricas en proteínas, por lo que son una buena opción en las dietas vegetarianas. 

Cómo cocinar las algas

Las algas frescas en sal se deben sumergir en agua y remover, cambiando el agua tres veces para eliminar por completo la sal. Después, se cuecen en agua hirviendo. Por último, se escurren y se puede reservar el agua de la cocción para caldos.

En el caso de las algas deshidratadas, se pueden añadir directamente a guisos, sopas o cualquier receta cocinada con abundante agua. Si se van a utilizar en otros platos, se hidratarán previamente en agua fría con sal.

Las algas más conocidas que se utilizan en cocina son: Lechuga de mar (Ulva); Kombu, konbu o Haidai (Laminaria) ; Ramallo de mar (Codium); Wakame (Undaria pinnatida); Espagueti de mar (Himanthalia Elongata); Spirulina (Arthrospira); Musgo de Irlanda o Musgo carrageen (Chodrus crispus); Agar agar (Gelidum); Fucus (Fucus); Nori (Porphyra); Caviar verde o Uva del mar (Caulerpa lentillifera); Ortiga de mar (Anemonia viridis); Dulse (Palmaria)

Referencias: ‘Cocinar con algas’ by Portomuiños; ‘Cocina fácil con algas’, Eva Crepo. ALGAMAR; www.hogamania.com