Decidí cerrar el restaurante porque vi que era elmomento de hacerlo, porque había llegado el momento de parar", asegura Koldo Royo, 56 años, que dice vivir la vida con intensidad, disfrutando de sus amigos y no parando de hacer cosas. Llegó a Mallorca en 1985. Después de estar unos años de cocinero en el restaurante Porto Pí abrió su propio negocio en el Paseo Marítimo. Fue en 1989 cuando inauguró el Koldo Royo, restaurante que en poco tiempo se convirtió en uno de los más conocidos y solicitados de la isla. Poseedor de una estrella michelín. El dato es fundamental para destripar lo que ha sido la vida de Koldo Royo."El restaurante iba muy bien --cuenta--, pero me percaté de lo que se nos venía encima, lo dije en el transcurso de una charla en San Sebastián, subido en un taburete anuncié lo que nos aguardaba y opté por cerrar el restaurante, aunque, por supuesto, preservando la marca Koldo Royo". "Sé que circulan leyendas urbanas --añade--que hablan de que quebré por culpa del juego o porque consumía drogas". "La verdad no es otra --enfatiza-- que el restaurante se cerró debido a lo que estoy contando: vi venir la crisis y me metí a tiempo en el burladero".

Destaca que en estos años ha hecho más de 700 programas de televisión, añadiendo que en poco tiempo dará "una sorpresa televisiva que dará mucho que hablar". ¿Entonces, le pregunto, ¿nada de descalabro económico?: "para nada, no ha habido ningún descalabro, ni mucho menos". ¿Lo de vender perritos calientes en un camión? "Vamos a ver si de una vez por todas esta historia queda aclarada -cuenta-: tenía que dar una conferencia, en marzo de 2013, en una fiesta de la cerveza celebrada junto a la Catedral. Me habían acotado un espacio para tapas, que es otra de mis especialidades; se me ocurrió pedir a los organizadores que me dejaran hacer una prueba consistente en vender perritos calientes cerveceros en un camión acompañado de una cocinera transexual, y la verdad es que funcionó estupendamente: los perritos cerveceros se vendieron a miles". Lo del camión se debió, explica Koldo Royo, a que había adquirido el vehículo un año antes por lo que decidió usarlo para despachar los hasta aquel momento poco publicitados perritos cerveceros. "Lo chocante del caso es que en Makro creyeron que lo había adquirido para la ocasión -añade- y se interesaron, ofreciéndome instalarlo junto a su negocio". Tan solo se ha cumplido un mes desde que le han concedido la correspondiente licencia, que le permite ir de un lado a otro vendiendo sus perritos cerveceros. "Se trata -dice- del primer camión de cocina existente en Mallorca, un genuino "food truck", cosa que hasta el presente nadie se había atrevido a hacer".

Koldo Royo afirma ser de los que saben que en la vida hay que cambiar: "lo he hecho y ahora tengo un taller de cocina en el que vienen grupos de seis a doce personas a cenar, a las que les enseño las experiencias que he acumulado a lo largo de mi vida y lo poco o mucho que sé de cocina, que yo francamente creo que es bastante". Asegura que la vida le está tratando con generosidad. Recuerda cuando llegó a Mallorca por primera vez: "me senté en la cafetería Miami (situada, en el paseo del Borne, junto al desa-parecido cine Born, cerrada para dar paso a una de las tiendas de Zara) con Tomeu Esteva, el cocinero del Mediterráneo, quien señalándome a una persona que tomaba un café en la mesa contigua a la nuestra me dijo que aquel hombre tenía muchísimo dinero, pero estaba muy solo. "Yo no tengo dinero -le espetó Esteva-, pero soy bien recibido allá donde voy". "Lo que me dijo Tomeu Esteva me ha quedado grabado -enfatiza Koldo Royo-, por lo que ahora voy por la vida siendo una persona libre, sin hipotecas y con muchos amigos".

Le pido que haga una pausa y me cuente a santo de qué decidió meter a vender perritos cerveceros a un transexual. "Lo hice porque sabía que iba a sorprender a todo el mundo -cuenta-, como así sucedió: fue ver a un transexual despachando los perritos, una imagen que llamaba mucho la atención por lo novedosa, para que se vendieran sin parar". ¿Cuándo el nuevo Koldo Royo? Para esa pregunta por el momento no hay respuesta: "la verdad es que no lo puedo decir, no sé cuándo abriré otro restaurante, aunque más pronto o más tarde ocurrirá, pero en estos momentos no estoy en condiciones de decir cuándo, ya que sencillamente no lo sé, lo desconozco; cuando tenga que abrirse, se abrirá". Afirma que no está perdiendo el tiempo, puesto que además de escribir libros, seguir con el asunto de las tapas, el taller de cocina y otras actividades; reinventarse a diario, viaja por medio mundo. "En los últimos meses he estado de cocinero en restaurantes de India, Colombia, Perú, Brasil y China y también me he dedicado al asesoramiento, he puesto mis conocimientos al servicio de diversos restaurantes españoles y europeos, porque lo que no se puede olvidar es que Koldo Royo ha sido, es y será cocinero", sentencia.

Lo que le parece una "idea extraordinaria" son los concursos de cocina que están proliferando en las cadenas de televisión. "Me parecen maravillos -asegura-, porque la cocina es una de las pocas cosas que dan alegría a la gente, que interesan a todo el mundo, debido a que una gran mayoría puede participar y dar su opinión". "Esos concursos -opina- contribuyen positivamente a que la cocina española, sus múltiples variantes, nuestra gastronomía, se popularice, se conozca por parte de todos, cosa que sin los concursos no habría sucedido". ¿Sigue estando de actualidad la cocina de Koldo Royo? "Por supuesto -responde tajante-, la mía es una cocina basada en los productos mallorquines y aderezada con la escuela vasca, que es la que ofrecí en mi restaurante, una cocina que triunfó ampliamente, que siempre estuvo muy solicitada. Hoy es verdad que las técnicas han evolucionado, pero lo fundamental sigue siendo lo mismo: buenos productos y tener conocimientos para saber ofrecerlos".

"Nuestro oficio -explica- es muy canalla, hay muchas envidias, y por ello mucho de lo que se ha dicho sobre mi vida es completamente falso", asegura, retomando el asunto de su presunto quebranto económico, que insiste en negar categóricamente: "tengo, como todo el mundo sabe ascendencia vasca y riojana, y los de esas regiones son gentes muy ahorradoras, previsoras, por lo que cuando observé que la situación se empezaba a ponerse difícil no lo dudé ni un minuto: había llegado el momento de cerrar, de apearse del carro y pensar en otras alternativas". "Lo que hice fue cerrar el restaurante -prosigue- y utilizarlo para hacer exhibiciones, ofrecer pastelería selecta y asesorar a otros restauradores; las cosas se han desarollado como creía que iban a ir, por lo que nada de lo que ha sucedido me ha cogido por sorpresa".

Los cinco libros de tapas que Koldo Royo ha publicado, le han posibilitado abrirse a un nuevo mercado que está en expansión, así como los eventos, para los que utiliza la marca Koldo Royo, "que en todo momento sigue teniendo una magnífica acogida", aclara. "Mi marca no la podía vender ni quería hacerlo -prosigue-, y a ello se ha debido que decidiera abrir un bar de tapas y de celebración de eventos relacionados con la restauración". ¿Cuál ha sido el resultado?, le pregunto: "un completo éxito, ha funcionado muy bien".

¿Y ahora qué? ¿A seguir vendiendo perritos calientes cerveceros? Koldo Royo asegura que tiene múltiples proyectos, diversas iniciativas a desarrollar en los meses y años venideros. "De cuatro a ocho de la tarde asisto a un master de gestión de restaurantes y cocina; también, cómo no, sigo con el camión, ya que como te he dicho la venta de los perritos marcha muy bien." "De lo que se trata -insiste- es de no estar parado ni un momento, tener iniciativas, hacer cosas diferentes, que es lo que en esos momentos ha de hacerse por parte de todos, no hay más solución que la de no estarse quieto."

Koldo Royo concluye asegurando que ha seguido el consejo que en el Miami le dio Tomeu Esteva. "He procurado -dice- tener siempre muchos amigos y creo que lo he conseguido". "La vida está hecha de altibajos, a veces subimos y hay ocasiones en las que bajamos -añade-, pero lo verdaderamente importante es que los amigos, los buenos amigos, no te fallen, que estén a tu lado tanto en los buenos momentos como en los que no lo son tanto, y esa lección ha sido a lo largo de todos esos años de una gran utilidad para mí, porque los amigos siempre los he sabido conservar".

Un último intento: ¿cuándo el nuevo restaurante? La respuesta es la misma: lo habrá, pero por ahora no puedo dar una fecha, la desconozco, pero lo abriré".