La nueva ley del Govern no arregla la falta de vivienda según los promotores

La patronal balear valora la norma aprobada en el Parlament pero critica la falta de avances en el desarrollo de los urbanizables

Los promotores lamentan que los costes de la construcción no dejan de crecer.

Los promotores lamentan que los costes de la construcción no dejan de crecer. / DM

Redacción

Bien, pero claramente insuficiente. Esa es la opinión de la asociación balear de promotores inmobiliarios sobre la transformación en ley del decreto sobre medidas urgentes en materia de vivienda, una vez ésta ha sido publicada en el BOIB y analizada por la citada patronal. Según su presidente, Luis Martín, hay algunos cambios que mejoran el texto original, pero a pesar de ello no va a poner fin al problema de acceso a una residencia que padecen buena parte de las familias de las islas. Porque según esta organización empresarial, la iniciativa más importante para ello, como sería impulsar los urbanizables existentes, sigue estancada y sin mostrar la menor señal de avance.

Luis Martín no oculta que esa nueva norma, que permite transformar locales comerciales y oficinas en viviendas a precio limitado, al igual que ganar alturas, dividir en varios los pisos de mayor tamaño, o aprovechar para usos residenciales terrenos destinados inicialmente a equipamientos , supone un avance, y aplaude que en el texto definitivo se haya rebajado la valoración de las unidades de aprovechamiento, recortando así los costes para el promotor. Pero todo ello, aunque ayuda, no basta, según insiste.

Faltan 20.000

El presidente de los promotores pone de relieve que el déficit de viviendas que existe en el archipiélago se puede cifrar en unas 20.000, y recuerda que la estimación de su patronal es que las citadas medidas aprobadas por el Govern pueden favorecer la salida al mercado de unas 3.000 en el mejor de los casos durante esta legislatura. Es decir, un volumen que pone parches al problema, pero que dista mucho de solventarlo.

Además, advierte que las empresas promotoras van a tener que hacer muchos números para determinar si cualquier proyecto de viviendas con precio limitado permite obtener la rentabilidad necesaria para hacerlo viable. Luis Martín señala que uno de los factores que lamentablemente va a condicional el alcance de los proyectos que se van a poder poner en marcha es el encarecimiento que sigue registrando la construcción, agravado por los sobrecostes de la insularidad (como son los derivados del transporte de los materiales), lo que hace que ese precio limitado sea en ocasiones demasiado ajustado. «Los costes de la construcción no solo no bajan, sino que se disparan, y eso supone un problemón», afirma.

La situación llega al punto de que empresas de la península desisten de trabajar en las islas debido al aumento de los desembolsos que les supone el material y el alojamiento de sus plantillas.

A ello suma el que la lentitud con la que siguen concediéndose las licencias desde los Ayuntamientos hace que ese riesgo financiero se eleve, desincentivando esas inversiones

Parón de los urbanizables

Luis Martín, presidente de la asociación balear de promotores

Luis Martín, presidente de la asociación balear de promotores / DM

Pero el problema más grave, según señala Luis Martín, es que desde el Govern sigue sin darse ni un solo avance en la agilización en el desarrollo de los terrenos urbanizables, que llevan años estancados, y que se señalan como la principal reserva de suelo para la edificación de viviendas, lo que los convierte en la vía más importante para afrontar el déficit de residencias que se sufre en el archipiélago. 

Ayudas para la entrada

Uno de los problemas que sigue sin resolverse a la hora de acceder a una vivienda, según pone de relieve el presidente de la asociación balear de promotores, Luis Martín, es el de la entrada necesaria para la adquisición de un inmueble, de ahí que reivindica la puesta en marcha de más ayudas públicas para afrontarlo.

Martín recuerda que incluso en el caso de las viviendas a precio limitado que el Govern está impulsando, éste se sitúa en torno a los 200.000 euros. Teniendo en cuanta que la hipoteca solo cubre el 80% de este valor, eso supone que el comprador debe disponer de un 20% a lo que se suma un 10% más para los costes derivados de la operación. Es decir, es necesario contar con unos 60.000 euros ahorrados, algo al alcance de muy pocos, especialmente en el caso de los jóvenes.

Por ello, Luis Martín pone de relieve que si no se elevan las ayudas existentes, la adquisición de un inmueble sigue siendo algo muy complicado para la mayor parte de los isleños.

Además, recuerda que el apoyo económico va dirigido a las viviendas terminadas, lo que deja fuera de juego en esta materia a los promotores.

Según Martín, estas empresas isleñas tienen ánimos para impulsar nuevos proyectos residenciales, pero advierte que no se van a poner en marcha si existe el riesgo de perder dinero. 

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