Juzgan a una mujer que denunció 40 veces a su expareja, guardia civil, en Mallorca

El agente, que fue incapacitado para su trabajo por un trastorno depresivo, ha asegurado hoy en la vista oral: “Cada diez días me ponía una denuncia”

La mujer acusada, hoy durante la vista oral.

La mujer acusada, hoy durante la vista oral. / B. Palau

B. Palau

B. Palau

Una mujer ha sido juzgada hoy en Palma por falso testimonio, denuncia falsa y lesiones, contra su expareja, un guardia civil de la isla, que ahora está incapacitado para ejercer su trabajo como consecuencia de un trastorno ansioso depresivo cronificado. La acusación particular, que solicita penas que suman tres años y cuatro meses de cárcel para la encausada, así como una indemnización de más de 47.000 euros, mantiene que la mujer denunció a su excompañero sentimental 40 veces a partir de 2017, cuando la relación entre ambos se rompió. La fiscalía no acusa al considerar que los hechos no son constitutivos de delito, por lo que pide la libre absolución. Y la defensa también reclama que la mujer sea exonerada.

“No le sé decir cuántas veces le denuncié. Yo le denuncié todas las veces que consideraba necesario. Sus compañeros de la Guardia Civil me aconsejaban que pusiera una denuncia”, ha recordado la acusada. Según su versión, su expareja la acosaba con llamadas y mensajes, la insultaba, la humillaba, la maltrataba psicológicamente y también había quebrantado una orden de alejamiento. Pero, ninguna de estas acusaciones acabó en condena. El hombre finalmente fue absuelto en dos ocasiones y el resto de causas judiciales fueron sobreseídas. Pese a que el abogado de la acusación, Daniel Castro, ha manifestado hoy en la vista oral que su cliente había acumulado hasta 40 denuncias, en su escrito de acusación señala y analiza solo cuatro de ellas: por acoso, coacciones, quebrantamiento y maltrato habitual.

Denuncias 'de todos los colores'

“En 2017 ella quiso volver conmigo, yo le dije que no y entonces me hizo la vida imposible. Me denunciaba en el cuartel de la Guardia Civil donde yo trabajaba. Me ha puesto denuncias de todos los colores”, ha explicado el hombre. “Ella no aceptaba que hubiéramos acabado. Cada diez días me ponía una denuncia. Mis compañeros sabían mi vida”, ha añadido el exagente. La mujer, asistida por la abogada defensora Maria Antònia Orell, lo ha negado en el juicio al indicar que fue ella la que no quería estar con él.

“No he recibido ninguna condena penal, he salido absuelto de todo, pero he perdido mi trabajo. Ella ha intentado echarme de la isla y meterme en prisión. Si hubiera sido condenado, me hubieran expulsado del cuerpo”, ha detallado el ciudadano. El hombre fue diagnosticado de un trastorno ansioso depresivo cronificado. Tras ser valorado en varias ocasiones por un tribunal médico de la Subsecretaría de Defensa, se declaró su incapacidad laboral para ejercer cualquier actividad en el ámbito de la Guardia Civil. Un perito ha recordado que el agente estuvo en tratamiento psicológico solo al principio y que nunca precisó medicación para el trastorno que padece. El caso ha quedado visto para sentencia hoy al mediodía.