Territorio cero emisiones en el corazón de Playa de Palma

El Iberostar Cristina es el primer hotel electrificado de la compañía mallorquina en España, proyecto piloto para comprobar cómo se despliega la descarbonizacion en el sector turístico

El hotel Cristina de Playa de Palma | Así es el primer hotel eléctrico de Iberostar en España

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

La inteligencia artificial ya estaba instalada en la cocina de Jose Estrada. Y ahora se declara «muy contento» de verse rodeado de placas de inducción tras haberle tocado despedirse del gas. «A mi gas, al que estaba acostumbrado». Quién mejor que el chef del Iberostar Cristina para mostrar cómo este hotel acaba de inaugurar la temporada turística convirtiéndose en el primer hotel 100 % electrificado de la compañía mallorquina en España.

El establecimiento de Playa de Palma con energía libre de emisiones de CO2 es un proyecto piloto que va servir para que la hotelera siga avanzando en su ambiciosa hoja de ruta hacia la descarbonización en 2030. Supondrá adelantarse dos décadas al objetivo marcado por la industria. Aunque a Jose lo que le preocupaba es cómo le quedaría «la paella con su socarrat».

El 24 de marzo el Iberostar Cristina reabrió tras una inversión en tecnología punta con la que se han sustituido los combustibles fósiles. El gas, «mi gas», como dice Jose, ha dejado paso a las placas de inducción en la cocina y el bufé del hotel. En la lavandería también el gas ya es historia del pasado con la instalación de secadoras eléctricas. Las calderas de gas natural se han cambiado por bombas de calor para la calefacción y el agua caliente, explica Álvaro Sánchez, director de Cambio Climático de Iberostar. Además, en la azotea del hotel se han instalado placas solares. Toda la energía eléctrica que suministra al Cristina proviene una parte del autoconsumo fotovoltaico y el resto tiene garantía de origen renovable.

«La electrificación permite ahorrar un 10 % en un hotel», además de lo que supone en la reducción de emisiones contaminantes y un incremento de la eficiencia energética. «Aprenderemos del Iberostar Cristina —continúa el ingeniero— cuando midamos el efecto de los cambios introducidos».

Sánchez cede el protagonismo al chef que ejerce de guía en el paseo por el bufé del restaurante. Él y su equipo han recibido formación para volver a triunfar con sus platos esta temporada. Cuesta imaginar que un amante de la cocina renuncie a hacer sus platos sin un fogón de gas. Más en el caso de un cocinero profesional. «Yo era reacio a las placas de inducción, pero estoy muy contento. Me ha sorprendido. Creí que se iba a notar en la comida. Ahora les pongo un diez», dice el chef que ha «echado los dientes en Iberostar». Dos décadas lleva el jienense con la familia Fluxá. Empezó de pinche y ya hace cinco años que se convirtió en chef.

"La electrificación permite ahorrar un 10 % en un hotel, además de reducir emisiones"

Álvaro Sánchez

— Director de Cambio Climático de Iberostar

En los fogones desmenuza con mimo cómo les han enseñado a «controlar la potencia de las placas». Y sigue revolucionado su territorio en el hotel. Acaba de llegar un robot de cocina eléctrico que va a sustituir a otro artilugio que funcionaba con gas. Con él «un cocido, por ejemplo, pasará de cocinarse en dos horas a treinta minutos».

Jose Estrada relata con pasión lo que ha supuesto trabajar «antes y después» con el consumo de pescado y marisco de origen responsable», otro distintivo de Iberostar. «Se les explica a los clientes y lo valoran mucho».

Otro detalle que muestra el aprovechamiento de recursos ha llegado a la cartelería que identifica los platos del bufé. No hay papel, son minipantallas en las que se programa el menú de cada día.

El chef y su equipo han ganando en confort térmico con la eliminación de los fogones.

Al traspasar la puerta que da paso a la cocina, Álvaro Sánchez señala las planchas, los freidoras, los hornos. «Todos ya eran eléctricos. La novedad y el cambio han sido los fogones». Un apunte importante del chef es que ya están comprobando él y su equipo lo que están ganando en confort térmico: «El calor ha bajado muchísimo». Y sigue detallando cambios. El film transparente está desterrado, su lugar lo ocupan las tapas de silicona.

Junto con el subdirector del hotel, el joven Sebastián Serra, el chef muestra otro adelanto gracias a la aplicación de la inteligencia artificial que ya estaba instalado en el hotel Cristina. Una báscula que pesa los residuos orgánicos. Desecha unas cáscaras de huevos. «Pesan 210 de gramos». Con la información que brinda sobre «lo que se tira» se sabe de qué hay que cocinar menos y reducir pedidos. «Además —añade el director de Cambio Climático— todo residuo tiene emisiones y ayuda a reducir las salientes».

La implementación de este sistema en veinte hoteles de la compañía evitó 213 toneladas de residuos alimentarios en 2022 (el equivalente a 533.000 comidas), lo que permitió reducir 916 toneladas de CO2. Antes de final de año se instalará en el centenar de Iberostar repartidos en 16 países.

«Para todo hay objetivos» para ir viendo cómo se desempeña cada hotel, comenta Sánchez. Y antes de enumerar los de compañía mallorquina hace una acotación: la inteligencia artificial es una gran ayuda, pero su aplicación y alcanzar las metas está en manos del «factor humano». Ella va a ‘aprendiendo’ «gracias a las instrucciones de Jose y su equipo».

Iberostar pretende reducir un 85 % sus emisiones respecto a 2019 para 2030. Eso implica actuar con las emisiones de alcance 1 (las directas, de combustibles fósiles y gases refrigerantes), las de alcance 2 (las indirectas, derivadas del consumo de electricidad) y las de alcance 3 (también indirectas, de la cadena de suministro), explica el directivo sobre cómo se calcula la huella de carbono. En su caso, está a cargo de las emisiones 1 y 2.

Sigue la ruta de la descarbonización dentro del hotel Cristina para llegar al espacio de la lavandería. Allí Consuelo Muñoz , la gobernanta, es la anfitriona. Muestra las nuevas secadoras a pleno rendimiento. «Al principio las eléctricas tardaban más, estas son ya igual de eficientes». Cada una seca 32 kilos de «toallas, albornoces, cortinas.... La jornada de una secadora empieza a las siete de la mañana y termina a las nueve y media de la noche». Ahí es nada el gas que se va a ahorrar.

De la planta baja toca subir a la azotea. Para ver en lontananza las placas solares del Cristina mejor hacerlo desde el vecino Iberostar Playa de Palma. «Será el siguiente que se va a electrificar en Mallorca», dice Álvaro Sánchez. Los de Canarias también son prioritarios, están abiertos todo el año, como el Cristina y el Playa de Palma.

Primero llegó la electrificacion de los tres hoteles que Iberostar tiene en Montenegro. Ahora se estrena la del Cristina y la cadena construye dos nuevos, uno en República Dominicana y otro en Aruba, ya bajo estos estándares. Después vendrá el primero con suministro de hidrógeno. Será el Bahía de Palma. El plan de Iberostar es que a final de año el hotel mallorquín cuente ya con una pila de este combustible. Mientras tanto Jose respira tranquilo, la descarbonización de Iberostar no se ha llevado por delante el socarrat de sus paellas.

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