SANIDAD

Ir sin mascarilla favorece los contagios por el cóctel de virus respiratorios en circulación

El doctor Arranz revela que el agente de la covid-19 está estabilizado y que la mayor difusión del sincitial que afecta a los niños ya cede frente al de la gripe

Un test combinado para detectar la covid-19 o la gripe A o B

Un test combinado para detectar la covid-19 o la gripe A o B / COFIB

I. Olaizola

I. Olaizola

Después de los tres años de tiranía ejercida por el patógeno causante de la covid-19, el resto de virus respiratorios está regresando de manera un tanto atípica y desestacionalizada. Y el hecho de que ya no llevemos la mascarilla protectora unido a una probable pérdida de inmunidad frente a estos virus en estos años en lo que su propagación ha sido residual, son los dos ingredientes básicos que han llevado a la proliferación de contagios respiratorios que se están dando en estos momentos por el cóctel de virus en circulación.

Este es, a grandes rasgos, el panorama que radiografía el doctor Javier Arranz, portavoz del comité de enfermedades infecciosas de esta comunidad. Un especialista que revela que en el último boletín epidemiológico de Salud Pública se está constatando que el virus causante de la covid-19 «está muy estabilizado en las últimas cuatro o seis semanas, que la gripe está empezando a subir y que el hasta ahora más predominante sincitial, que causa problemas más habitualmente en los niños aunque también puede afectar a los adultos, comienza a ceder frente al aumento del de la gripe».

«Se está produciendo una confluencia de virus que, no hay que olvidarlo, son los habituales en esta época (invernal). Aparte del VRS (virus respiratorio sincitial), el de la covid-19 y el de la gripe, tenemos otros coronavirus, adenovirus, rinovirus... patógenos todos ellos muy similares que provocan cuadros catarrales e infecciones en las vías respiratorias superiores», enumera Javier Arranz.

Otro fenómeno inusual en estos tiempos postcovid es la larga duración de los cuadros catarrales que refieren algunos pacientes afectos por ellos. «Venimos de un largo periodo en el que hemos estado más protegidos de los virus respiratorios por el uso de las mascarillas que trajo consigo la covid-19 y que ahora ya no llevamos», explica el portavoz de infecciosas.

Pérdida de inmunidad

Esta falta del elemento protector unida a estos años en los que la circulación de estos «otros» virus respiratorios ha estado más restringida, ha mermado la tradicional inmunidad que teníamos frente a estos patógenos que acudían regularmente año tras año con la llegada de los primeros fríos.

Este hecho, en opinión de Arranz, también explicaría la inusual larga duración de algunos cuadros catarrales o de infecciones respiratorias banales. «Puede ocurrir que tengas un catarro provocado por un rinovirus y cuando este ceda te vuelvas a contagiar por un adenovirus y enganches un cuadro vírico con el otro, porque estos dos virus no tienen una inmunidad compartida», explica el especialista.

Este invierno es el escenario de una fase de cambio tras una virulenta pandemia en la que «los virus se están recolocando y de ahí que hayamos tenido algunos en meses no habituales. Previsiblemente, ya el año que viene recuperaremos la normalidad en la difusión vírica», anticipa el médico.

Pese a todo, Arranz minimiza la importancia de estos virus apuntando a que debemos centrar nuestra atención en los tres que pueden provocar las patologías más graves: el VRS, el de la covid-19 y el de la gripe.

Preguntado sobre lo que nos espera, Arranz, con la cautela que debe acompañar a todos estos pronósticos, vaticina que la covid-19 puede repuntar algo en estas fiestas navideñas por la mayor interacción social y admite que el pasado puente de la Constitución puede llegar a provocar algún «efecto rebote» en este archipiélago que ha recibido un buen número de visitantes.

Por todo ello, recomienda a las personas más vulnerables que no dejen de vacunarse contra el virus de la gripe y, por supuesto, contra la covid-19. Y sobre un posible retorno de la mascarilla, aconseja su uso a este mismo colectivo pero «a demanda propia, de manera autónoma. Si soy una persona mayor y voy a ir de compras a centros comerciales llenos de gente o voy a asistir a cenas con muchos familiares, yo me pondría una mascarilla».

Suscríbete para seguir leyendo