«Me da rabia». Esa es la sensación expresada por el conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí, ante el anunció de que se vende una casa en Mallorca «solo para alemanes», tal y como publicó el portal inmobiliario Idealista. Pero ese término no es el más duro utilizado por este miembro del Govern para referirse a esta operación de compraventa. También la calificó de «discriminatoria», «injusta», «fea» e «incorrecta», dentro de lo que definió como una «reflexión personal». Además, lamentó que probablemente no resulta ilegal.

El conseller reconoció que el propietario de un inmueble presumiblemente puede elegir sin ninguna traba a la persona a la que acepta vendérselo, sin que ello suponga que esta vulnerando la legalidad, pero insistió en el carácter discriminatorio e injusto que supone que se rechace la posibilidad de que puedan acceder a un inmueble personas de cualquier otra nacionalidad, incluida la española.

Marí reconoció que él siempre ha defendido que con la legislación en la mano no se puede limitar la compra de segundas residencias de Balears por parte de extranjeros comunitarios, tal y como se ha propuesto desde algunos partidos en el Parlament y desde algunos colegios profesionales, como el de arquitectos o de agentes de la propiedad inmobiliaria, de ahí su rechazo a que ese veto se aplique de forma inversa.

Pese a lo expuesto, recordó que mientras que la Administración no puede ejercer esa discriminación, un particular sí puede limitar los posibles compradores de un bien de su propiedad.