El aeropuerto de Palma completó un fin de semana complicado por la coincidencia de dos huelgas: la de los tripulantes de cabina de Ryanair, que sumó su tercera jornada consecutiva; y la de los controladores aéreos de Marsella, que completó su segundo día de protesta. En todo caso, este domingo el paro de la aerolínea irlandesa tuvo una menor incidencia en la operativa del aeropuerto que el sábado.  

El sindicato USO informó de dos vuelos cancelados a las 19:00 horas, que se sumaron a las 22 cancelaciones del sábado. En total, 24 operaciones suspendidas en vuelos con origen y destino Son Sant Joan y centenares de pasajeros en tierra. Asimismo, hubo 53 vuelos retrasados, en algunos casos de varias horas, la cifra más alta de la red de Aena. Según estos registros Son Sant Joan fue uno de los aeropuertos con más afectación por la huelga de la aerolínea irlandesa a lo largo del fin de semana.

Por su parte, la huelga de controladores franceses provocó una decena de vuelos cancelados, una cifra ligeramente inferior a la del sábado. Asimismo, se produjo un significativo número de vuelos retrasados.

A lo largo del fin de semana muchos pasajeros tuvieron que armarse de paciencia para emprender viaje, pero no va a ser el último de este verano marcado por la conflictividad aérea. La huelga de los controladores de Marsella se prolongará el lunes, con lo que sumarán tres días consecutivos de paros, que hasta el momento han tenido una elevada incidencia en el aeródromo palmesano porque se encuentra en el área de influencia de la ciudad francesa. 

Por otro lado, los tripulantes de cabina de Ryanair tienen previsto retomar los paros el jueves, viernes y sábado próximos para seguir reclamando a la aerolínea mejoras laborales y salariales. Se da la circunstancia de que los tripulantes de cabina de Easyjet también están convocados a nueve días de huelga en julio que empezarán el viernes, por lo que el próximo fin de semana coincidirán los dos paros.