El catedrático Marino Pérez sostuvo ayer que tanto él como Errasti no niegan la transexualidad, «sino que tratamos de entender el sufrimiento, en particular en niños y adolescentes, comprender la disforia de género, y tratamos de entender de dónde viene. Nos preocupa que para ese sufrimiento solo se admita lo que se conoce como terapia afirmativa, que es la que conduce a la transición, y que este tipo de terapia se niegue a averiguar cuáles pudieran ser las circunstancias y de dónde viene ese sufrimiento. Nosotros tratamos de entenderlo y ver si la transición, que implica intervenciones médicas, es la primera solución o si acaso podría ser la última. Pensamos que debería haber antes un estudio del caso y a veces esperar antes de precipitar esas intervenciones que son irreversibles. Vemos a muchas personas [Pérez no aportó una cuantificación y expuso la dificultad de conseguir datos] que han transicionado y la transición no les ha solucionado el problema e incluso les ha añadido otros, y ahora se arrepienten».