Iberia decidirá si finalmente compra o no Air Europa en los próximos días —antes de que se agote el plazo en el que debe pronunciarse la Comisión Europea por los efectos sobre la competencia, el 4 de enero— pero es cada vez más pesimista en cuanto al éxito de la operación, que sigue negociando con Globalia, con Bruselas y con el Gobierno español.

Las fuentes consultadas en el entorno de la operación señalan que la compra podría encallar porque Iberia entiende que los 500 millones (rebajados desde los 1.000 millones anteriores) que se pactaron con Globalia, propietaria de Air Europa, siguen siendo una cantidad muy alta teniendo en cuenta el deterioro de los números de la segunda como consecuencia de la covid.

Ya a comienzos de noviembre, en la presentación de resultados del tercer trimestre, Luis Gallego, consejero delegado del Grupo IAG —en el que están integradas, entre otras, Iberia y British Airways— dijo ser «más pesimista» sobre la operación y la situación no ha mejorado desde entonces, más bien al contrario, según las fuentes.

Gallego afirmó en esa ocasión que la compra solo saldría adelante si «sale la ecuación» entre las exigencias de Bruselas de deshacerse de rutas para garantizar la libre competencia, «las condiciones del Gobierno «en torno al préstamo del Fondo SEPI de 475 millones que concedió a la compañía y las condiciones de Globalia.

La Comisión Europea debe pronunciarse antes del 4 de enero sobre la cesión de rutas a otras aerolíneas presentada por Iberia para garantizar la libre competencia, porque la unión de ambas aerolíneas podría generar problemas de concurrencia en unas 70 rutas en las que Iberia y Air Europa son las principales o incluso las únicas operadoras.

En concreto, afectaría a los servicios que unen Madrid con Estados Unidos o Latinoamérica y a algunas rutas dentro de España o de corto recorrido que trasladan pasajeros a la capital para continuar desde allí sus viajes a América.

Air Europa compite con Iberia en el mercado latinoamericano y, antes de la pandemia, se solapaban en muchos de los destinos a América, como la República Dominicana, Cuba, Panamá, Asunción, Bogotá, Buenos Aires, Miami o Nueva York, entre otros.

Con datos previos a la pandemia manejados por Iberia, con la incorporación de Air Europa, la cuota de mercado entre Europa y Latinoamérica de IAG pasaría del 19 al 26%, dejaría atrás a su máximo rival, Air France-KLM (19%), y aumentaría la distancia con competidores como el grupo de Lufthansa (9%), Tap (8%) o Latam (8%).

Además de con los funcionarios comunitarios, Iberia está en conversaciones con el Gobierno y con Globalia. «Si esas tres variables salen positivas, haremos la operación, si no, no podemos hacerla», según explicó entonces Gallego.

Air Europa recibió en noviembre de 2020 una inyección de 475 millones de euros del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), a través de un préstamo participativo de 240 millones y otro ordinario de 235 millones. Los fondos deben ser devueltos en seis años (2026).

Si finalmente no prospera la compra, IAG deberá abonar a Air Europa 40 millones de euros como indemnización, tal como recogía el acuerdo firmado por ambas partes ahora hace algo más de dos años (cuando se estableció el precio en 1.000 millones).