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Boulevard | Francia ejecuta al líder yihadista que secuestró a un mallorquín

Francina Armengol se quita la mascarilla en la foto de perfil de sus redes sociales después de meses enmascarada en Twitter, el virus no podrá decir que nadie le ha advertido de que queda proscrito

Buteflika presidió Argelia incluso después de morir, tránsito biográfico que acaba de producirse. En Formentor citó en 1999 a Ramon Llull, que equivale a escuchar a una charanga interpretando a Mozart. También evocó a Lorca y, en la imagen de Lorenzo, se despidió de Aznar con un beso.

Se cumple el décimo aniversario del secuestro del cooperante mallorquín Enric Gonyalons, que tuvo lugar en octubre de 2011 en los campamentos saharauis de Tinduf, en territorio supuestamente argelino. Fue capturado en compañía de otras dos trabajadoras humanitarias, una española y una italiana. La autoría correspondió al Movimiento por la Unidad y la Yihad en el Oeste de África, el MUJAO que era fruto de una escisión de Al Qaeda.

El líder yihadista que secuestró a Gonyalons se llamaba Adnan Abu Walid al Saharaui. Como su propio nombre indica, nació en el Sáhara español, residió durante años en Tinduf y militó en el Frente Polisario, por si alguien necesita más pruebas sobre la confusión de lo solidario y lo terrorista en aquella geografía. Su implicación en la triple captura no precisa de investigación alguna, porque Al Saharaui se erigió en el portavoz de las negociaciones con el Gobierno español para una liberación previo pago.

El secuestro de Gonyalons se prolongó durante nueve meses interminables, hasta julio de 2012. Cuando las conversaciones se estancaron en mayo, Al Saharaui envió un mensaje a la agencia France Presse en Bamako. Allí se detallaba que «España retrasa cada ronda de negociaciones para satisfacer nuestras exigencias, y eso hace que la vida del rehén se acerque a su fin. España debe entender nuestro mensaje, toda la responsabilidad será suya».

La amenaza surtió efecto, y Al Saharaui volvía a manifestarse en junio para destacar que «anunciamos la reanudación de las negociaciones sobre el destino» del secuestrado mallorquín, a su vez hermano de Carles Gonyalons, director general de Deportes. La liberación se cumpliría al mes siguiente, tras atender a las peticiones del líder yihadista que se sustanciaban en treinta millones de euros y la liberación de dos militantes islámicos detenidos en Mauritania.

El millonario final feliz del secuestro acaba de añadir un último capítulo, firmado por Francia. Aunque Washington ofrecía cinco millones de dólares por información sobre Al Saharaui, el dron que mató al terrorista cuando viajaba en moto estaba teledirigido por militares franceses. La ejecución del secuestrador del mallorquín tuvo lugar en agosto, pero no se ha comunicado hasta ahora. París quería vengar la muerte a manos del yihadista de seis de sus compatriotas cooperantes, ocurrida en 2020.

Ya que estamos en nuestro primer país vecino, seguido de cerca por España, el presidente de Argelia fue Abdelaziz Buteflika desde 1999 a 2019, incluso después de muerto. Este tránsito biográfico acaba de materializarse, por lo que es oportuno refrescar una de mis experiencias surrealistas. En el primer año de su mandato, conseguí colarme en el salón del hotel Formentor donde el gobernante argelino pronunció un discurso en que citó a Ramon Llull, que equivale a escuchar a una charanga interpretando a Mozart. Se escandalizó asimismo con la muerte de Lorca, y avisó a navegantes de que «todos los países tienen su Lockerbie». En la imagen de Lorenzo que hoy nos ilustra, se observa el beso de despedida a Aznar del déspota argelino.

El dinero trae la libertad. Francina Armengol se ha despojado de la mascarilla en la fotografía de perfil de sus redes sociales. Acaba un largo duelo. Después de meses enmascarada en Twitter, la presidenta ha despejado su rostro, así que el virus no podrá decir que nadie le ha advertido de que queda proscrito. Un incumplimiento por su parte nos obligaría a recurrir a los tribunales.

Circulo detrás de un autobús palmesano cubierto por una leyenda en un idioma exótico: “Native Finnish, Swedish, Danish, Norwegian”. No hay ningún nativo que hable esas jergas, por lo que supongo que es un anuncio laboral para nórdicos en Mallorca. Lo confirmo, y el único requisito idiomático adicional es un “buen conocimiento del inglés”. Ni sombra de las lenguas romances, están construyendo un mundo paralelo desde la ignorancia olímpica de los aborígenes. Y ahora, si quiere, sigamos debatiendo nuestro trasnochado bilingüismo.

Reflexión dominical vegetalista: «La mejor persona que he conocido es un árbol».

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