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Los cruceros, contra su estigma

Este sector turístico ha sido objeto de numerosas protestas por sus emisiones e impactos que provocan en las ciudades

Compañías como TUI eliminarán el uso de carbón en 2030, además de la reducción desde 2015 del 40% del CO2 producido

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Los cruceros, contra su estigma M. Crespí

Reducción de la emisión de dióxido de carbono en un 40% en los últimos seis años. Neutrales frente al uso del carbón en 2030. Disminución de la expulsión de sulfuros y de óxido de nitrógeno en un 99% y un 75%, respectivamente. Estas son algunas de las medidas que TUI Cruises, el gigante alemán que cubre el 25% del mercado germano de cruceros, lleva a cabo para hacer frente a la contaminación de sus buques, un sector turístico que desde hace ya unos años lleva consigo ese estigma contaminante, y ha sido por ello objeto de protestas a causa del impacto humano y medioambiental que provoca. De hecho, en junio de este año la plataforma StopCreuers, que reúne a 30 entidades ecologistas y ciudadanas, reclamó una moratoria para que solo se permitiera la entrada de uno de estos barcos a diario en la capital mallorquina.

«No lo entendemos muy bien. Somos seguramente el tipo de turismo más sostenible, también en cuanto al tipo de visitante que traemos, que es responsable, delicado y que aprecia el destino, y con unas cifras que son pequeñas, ya que representaban menos del 6% del turismo en Mallorca», declaró ayer Alfredo Serrano, el director en España de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA). «La sostenibilidad es la obsesión de los cruceros», añadió.

«Ser sostenibles es una parte muy importante en nuestra estrategia. Aunque la pandemia lo ha cambiado todo, no ha modificado nuestros planes: vamos a seguir reduciendo las emisiones», afirmó por su parte Wybcke Meier, CEO de TUI Cruises, en una visita al crucero Mein Schiff 2 junto a otras autoridades como la directora general de Turismo del Govern, Rosana Morillo, la concejala de Turismo del ayuntamiento de Palma, Elena Navarro, y el responsable del área de Medio Ambiente, Innovación y Responsabilidad Social Corporativa de la Autoridad Portuaria de Balears, Jorge Martín. Curiosamente, el buque Mein Schiff 2 fue el primer crucero que llegó a Mallorca, a mediados del pasado mes de junio, después de 15 meses de la paralización del sector por la pandemia.

Eficiencia

Uno de los términos que más repitieron Serrano y Meier fue el de eficiencia. «Transportamos más tonelaje y pasajeros ahora que hace trece años, pero requerimos un 20% menos de potencia», explicó el director nacional de CLIA. «Tenemos la flota más eficiente del mundo», prosiguió la CEO de TUI Cruises. Además, en comparación a los niveles de ese año 2008, este sector turístico quiere reducir en un 40% las emisiones de dióxido de carbono para el 2030, en un 70% en los siguientes veinte años, siendo en ese ejercicio neutra en carbono a nivel europeo como «máxima ambición», y la total eliminación de esas emisiones a finales de siglo.

Por otra parte, el capitán del crucero, Thomas Roth, destacó la buena señal «que con 4.200 personas en puerto, entre pasajeros y tripulación, se consuma menos de una tonelada de combustible quemado por hora». Ese punto, el uso de combustible, es uno de los más candentes dentro de los impactos que generan los cruceros. En este caso, los buques del gigante alemán apuestan por el combustible de gas natural licuado. «Es el más limpio, pero no es la solución definitiva», sostuvo Serrano. «El año que viene haremos pruebas con carburantes más ecológicos», prosiguió Meier.

Reciclaje

Al ser un crucero asimilable a una ciudad flotante, la capacidad de reciclar y establecer un circuito cerrado, para evitar así la continua expulsión de desechos y emisiones, se convierte en primordial, es decir, que no haya gasto sino renovación. Uno de estos ejemplos, así como lo mostró el capitán del barco, es la conversión de aguas residuales en agua potable a través de su tratamiento. «Desde 2018 hemos reducido en 30 millones los objetos de plástico de un solo uso que se utilizan en nuestros cruceros, y a bordo se realiza un 30% de reciclaje», agregó Meier.

Medidas sanitarias

El buque llegó en la madrugada de ayer y salió sobre las nueve de la noche, pero al 30% de su capacidad a causa de la necesidad de mantener la distancia social por la pandemia. Así, de los tres mil turistas que caben en el crucero, en Palma, el puerto base, desembarcaron 1.100 y se embarcó otro millar, que realizará un tour por la costa italiana, francesa y española. «Este septiembre había 40 escalas en el puerto de Palma, e iban subiendo en octubre y noviembre, así que vamos a recuperar la normalidad, aunque hay menos ocupantes para mantener la distancia social», subrayó Serrano.

Además, es destacable que cualquier pasajero, sin distinción de si está o no vacunado, debe presentar dos test negativos de dos días antes y la noche anterior al viaje, a parte del que se hace al subir en el barco. Finalmente, el turismo de cruceros tiene el atractivo de visitar diferentes enclaves en días prácticamente consecutivos, pero con la pandemia se ha vuelto imprescindible que las excursiones se hagan en diferentes grupos burbuja.

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