Malta, uno de los pocos destinos del Mediterráneo que ha pasado esta semana al listado británico de zonas seguras para las vacaciones de verano junto a las Balears, ha impuesto restricciones para los viajeros ingleses ante el temor de la expansión de la variante ‘Delta’ del coronavirus.

Estas medidas, impuestas por las autoridades del archipiélago maltés tras conocerse que sus islas habían sido incluidas en la lista verde de Reino Unido, contrastan sobremanera con la arbitrariedad que ha mostrado el Gobierno español en cuanto a la llegada del turismo inglés y que sitúa a Balears casi como único destino con libre entrada para sus ciudadanos.

Así, las autoridades maltesas han decidido que los turistas británicos tendrán que someterse a una cuarentena cuando lleguen al archipiélago, ya que Malta solo reconoce los certificados de vacunación emitidos por sus autoridades sanitarias. Pese a que Reino Unido es el principal mercado turístico de Malta, el Gobierno del archipiélago no quiere pasar por riesgos innecesarios en un momento en el que tienen prácticamente controlados los contagios.

De todas formas, los gobiernos de ambas naciones se encuentran actualmente negociando la posibilidad de que los certificados de vacunación emitidos por los servicios británicos puedan llegar a ser reconocidos por Malta.

Estas medidas chocan con el libertinaje con el que se ha posicionado el Gobierno español en cuanto a la entrada del turismo británico en las Balears. La buena noticia que llegó el pasado jueves de Londres y que celebraron tanto el sector turístico como el Govern, acabó dejando un sabor agridulce, ya que los viajeros de Reino Unido están exentos de pruebas diagnósticas para entrar en las islas. De ahí que el ejecutivo balear espere que Madrid atienda su petición y se establezcan controles al turismo británico.

Tras conocerse la inclusión de Balears en el semáforo verde de Gran Bretaña, la presidenta del Govern Francina Armengol afirmó que es «necesario que el Estado proteja la buena situación sanitaria de Balears» y, para ello, que Sanidad Exterior, que depende del Ministerio de Sanidad, vele por el cumplimiento de las restricciones sanitarias en puertos y aeropuertos.

La inclusión de Balears en el «semáforo verde» es un «reconocimiento al buen trabajo realizado» y supone un «paso más hacia la reactivación» económica del archipiélago, declaró. Esto supone la reincorporación laboral de miles de trabajadores de Balears, destacó la presidenta, que se refirió también al gran esfuerzo de la sociedad balear para «llegar hasta aquí».