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El CIS consolida un tercer diputado del PSOE balear en unas generales

El archipiélago es la comunidad que mejor valora a Sánchez e Iglesias

Los socialistas de las islas celebran los resultados del PSOE en las últimas elecciones generales. Efe

El CIS adjudica al PSOE balear su tercera victoria consecutiva en unas generales, de celebrarse ahora, con un tercer diputado garantizado y la hipótesis de un cuarto escaño que disputaría al PP sobre los ocho en liza. La «Fusión de barómetros» correspondientes al primer trimestre disuelve en favor de los socialistas el vigente cuádruple empate a dos diputados con los populares, Podemos y Vox.

El Centro de Investigaciones Sociológicas advierte en su preámbulo de que el número de entrevistas realizadas en las regiones «es insuficiente» para que los resultados adquieren «significación estadística». Sin embargo, la mera publicación de los agregados les otorga un valor de orientación. En el caso de Balears, la intención directa de voto en la «Fusión» otorga porcentajes de salida a PSOE (20), PP (10,4), Podemos (10.3), Vox (9,8) y Ciudadanos (7,6). Según acendrada tradición, los partidos locales Més o El Pi no adquieren la relevancia suficiente para disputarse escaños en Madrid.

El examen de la citada distribución proporcional, a partir de los resultados parciales de enero, febrero y marzo, permite observar una preponderancia del PSOE que se traslada a los diferentes apartados de las encuestas. Los socialistas doblan prácticamente en intención de voto al PP, que a su vez lidera un apretado pelotón junto a Vox y Podemos. La posición más inestable corresponde a Ciudadanos, con una evidente degradación que puede eliminarlo del panel de ganadores.

La asignación prospectiva de diputados se ha efectuado a partir del mejor equilibrado «voto más simpatía», donde el PSOE ahonda su supremacía pero el PP establece una discreta distancia respecto de Podemos y Vox. Con esta tabla como referente, el marcador de los diputados baleares en Madrid quedaría en PSOE (4) - PP (1) - Podemos (1) - Vox (1) - Ciudadanos (1).

PP y Vox casi empatan en voto directo, Sánchez multiplica por cuatro a Casado en el aprecio de los encuestados

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Si esta misma distribución se hubiera efectuado a partir del voto directo, sin matices, PP y Podemos empatarían en la disputa por el segundo diputado. En cuanto al PSOE, se quedaría con los tres escaños, mejorando su marca de noviembre de 2019 y repitiendo su resultado de abril del mismo año. El marcador quedaría en PSOE (3) - PP (2) - Podemos (1) - Vox (1) - Ciudadanos (1).

En todos los casos, y siempre según las encuestas del CIS, la preeminencia socialista es más nítida que las distancias entre sus perseguidores. El descalabro de Ciudadanos, que nadie puede dar por descontado ya que en noviembre de 2019 perdió su único escaño que estaba en manos de Joan Mesquida, favorecería a Podemos o al PSOE según que se tome en consideración el voto directo o se corrija con el matiz de simpatía.

El PSOE fue el partido más votado en unas generales con Felipe González en 1986, y repitió con Zapatero en 2007. Con Sánchez ha sido la lista más suscrita en dos elecciones consecutivas de 2019, con el mérito adicional de que había perdido la segunda plaza tras la irrupción de Podemos en las parlamentarias de 2015. La tercera victoria consecutiva que se deriva de la «Fusión» del CIS no solo supone un hito sin precedentes. También invertiría una tendencia de más de tres décadas consecutivas de predominio de la derecha, encarnada en el PP.

El reparto siempre accidentado de los escaños se ve refrendado en los apartados colaterales. Por ejemplo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, antes de su dimisión, eran mejor valorados en Balears que en el resto del país, con la excepción de Cataluña y el País Vasco. El presidente del Gobierno cuadruplica a Pablo Casado en aprecio en Balears. Se da la circunstancia de que Abascal también supera al presidente de los populares, aunque dentro de márgenes tal vez escorados por la limitación de la muestra.

Sin necesidad de atribuciones numéricas, la «Fusión» del CIS se traduce en Balears en el peso creciente del PSOE y en la resiliencia de Podemos con más apoyos que en la media estatal, así como en la vecindad cada vez más íntima de PP y Vox. Al margen de los partidos, los encuestados de Balears son los que ven peor la situación económica de España (muy mala, 58 por ciento), seguramente en una proyección de las vicisitudes de su propia región.

Preocupación por la economía

El comportamiento electoral de Balears se aproxima a la media española, sin la heterodoxia de Madrid, Cataluña o País Vasco. En cambio, el archipiélago muestra un comportamiento de singularidad extrema a la hora de examinar las previsibles consecuencias económicas de la pandemia.

Los barómetros del CIS preguntan por separado en torno a «los efectos sobre la salud» y «los efectos sobre la economía y el empleo» de la actual «crisis» pandémica. La media española establece que un 44 por ciento de los encuestados se sienten preocupados por los efectos sanitarios, una incertidumbre que se reduce al 19 por ciento en el capítulo socioeconómico.

El sensible desnivel parece lógico, debido al énfasis depositado en la preservación de la salud a cualquier precio, literalmente. Sin embargo, Balears se desmarca radicalmente de este comportamiento unánime y unilateral. Un 34 por ciento de los habitantes de la región temen «los efectos sobre la salud», diez puntos menos que la media estatal. Y sobre todo, hasta un 28 por ciento muestran su inquietud por las repercusiones «sobre la economía y el empleo», casi un cincuenta por ciento más que el promedio español.

Menos de seis puntos separan la valoración en Balears de las crisis sanitaria y económica. La proximidad de estos datos se aprecia mejor al reseñar que en Galicia o Extremadura se hallan a casi cuarenta puntos de distancia. La comunidad más cercana a Balears en la despreocupación por los aspectos patológicos es Cataluña, y se encuentra a cinco puntos.

Desde una perspectiva inmediata, puede asignarse la relativización balear de la crisis sanitaria a la relativa bonanza, con respecto a los datos españoles de nuevos contagios. Sin embargo, el agregado trimestral difumina este factor de tranquilidad, porque el cambio de año también fue duro en el archipiélago. Según los datos orientativos del CIS, las secuelas económicas son más acuciantes en la comunidad peor tratada por la pandemia en dicha parcela.

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