La Conselleria de Medio Ambiente ha retomado el control de la Red de Monitorización de la Posidonia, de la que en los últimos cuatro años se había encargado la Dirección General de Pesca y Medio Marino.

Según ha informado la Conselleria de Medio Ambiente este domingo en una nota de prensa, la Red de Monitorización de la Posidonia ha iniciado, este domingo, su actividad de este año en la zona de Son Verí Nou, en Palma, donde se encuentra una de las 39 estaciones fijas distribuidas en todo el archipiélago.

El objetivo de la Red, ha explicado, es determinar el estado de conservación de las praderías de posidonia a lo largo del tiempo, como herramienta para la adecuada gestión, y conservación, de este ecosistema.

La Red se puso en marcha en 2002, aunque fue interrumpida entre los años 2012 y 2017. Entonces, gracias a los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible, se recuperó este seguimiento, a pesar de que se encargó la Dirección General de Pesca y Medio Marino.

A partir de este año, y después de un acuerdo con la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Red será gestionada por el servicio de Protección de Especies de la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio.

La Red de Monitorización de la Posidonia está formada por varias estaciones fijas alrededor de las principales islas del archipiélago balear donde se controlan periódicamente una serie de parámetros propios de las praderías relacionados con su estado de conservación.

En concreto, se controla la cantidad de posidonia oceánica, la presencia de nacras -especies asociadas de gran interés-, presencia de algas invasoras y, adicionalmente, la temperatura del agua.

La Red depende íntegramente de la participación ciudadana, y cada año se ofrece a varias instituciones, clubes de buceo y grupos de buceadores voluntarios, la oportunidad de participar en este proyecto centrado en el estudio del estado de conservación de los fondos.

Cada entidad o centro de inmersión voluntario muestrea una o bien varias estaciones en función de sus posibilidades. Generalmente, el muestreo de una estación requiere una única inmersión con la participación de un mínimo de cinco o seis buceadores voluntarios.

La coordinación y organización del muestreo de cada estación recaen sobre la coordinadora de la Red, mientras que otros aspectos logísticos de la salida pueden depender de los centros de inmersión o entidades.

Antes de cada inmersión siempre se realiza una pequeña formación para que los buzos voluntarios se familiaricen con las técnicas y materiales empleados.