La batería de medidas de obligado cumplimiento para prevenir la propagación del coronavirus no ha servido para desinflar una pandemia que va por su tercera ola, pero sí para dejar fuera de combate otro virus. No hay gripe y las farmacias de las islas —y de la Penínsulalo— lo han notado con una caída en las ventas de antigripales que ronda el 90%.

«No hay ni constipados», afirmó Antoni Real, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Balears (COFIB). «No se está vendiendo prácticamente nada de jarabes, antigripales o anticatarrales. Las mascarillas, la distancia social y la higiene de manos ha significado casi la desaparición de la gripe y en las farmacias se ha notado», explicó.

No se le espera

La circulación del virus de la gripe se intensifica a partir de la tercera semana de enero. Sin embargo, no se le espera. Tal como aseguró el pasado jueves el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, la red estatal de vigilancia no detectó ningún caso en las islas entre la última semana del año y la primera de enero. «No hay gripe circulando por nuestro país», sentenció Arranz.

Y la caja de las farmacias lo han notado. Marcas muy populares en esta época del año como Frenadol, Bisolvón o Couldina han desaparecido del vocabulario de los clientes. «Son productos de temporada y también una parte importante de los ingresos de las farmacias. Por supuesto que lo vamos a notar porque hablamos de una caída de ventas muy importante», destacó el presidente del COFIB.

Mallorca ha sido uno de los territorios con mayores restricciones de aforos y movilidad desde mediados de diciembre, cuando una curva de contagios en plena ascensión y la proximidad de las navidades aconsejó endurecer las medidas y limitó el contacto social. El resultado ha sido la práctica desaparición de la gripe, catarros y constipados, aunque el coronavirus sigue manteniendo en guardia a los centros de salud del archipiélago.

Los colegios, en otros tiempos grandes focos de gripes y constipados, apenas han detectado casos entre alumnos y profesores, indicativo de una situación insólita, una más derivada de la pandemia.

La venta de mascarillas puede contribuir a equilibrar la balanza de las farmacias, aunque no es el único repunte que han constatado: ha subido la venta de ansiolíticos y antidepresivos, también consecuencia de una infección que ha provocado una grave crisis económica y social.

Noches en vela

«Es curioso porque durante el confinamiento de marzo y abril apenas subió la demanda de este tipo de medicación. Pero desde hace un tiempo ha habido un incremento sobre todo de productos que ayuden a conciliar el sueño, ya sea con receta o en forma de remedios naturales», subrayó el presidente de los farmacéuticos de las islas.

En todo caso, Real no se atreve a cuantificar esa subida por «la variedad de productos» que hay alcance de los usuarios . El paro, el cierre de negocios y la desazón que provoca la situación en buena parte de la población se ha traducido en un mayor número de episodios de depresión y ansiedad que los centros de salud del archipiélago también han podido constatar.