“En pronóstico reservado”. Así diagnosticaron el paisaje de la isla la mayoría de ponentes del debate celebrado el miércoles en Club Diario de Mallorca. El evento se enmarca en la reciente creación del Observatori del Paisatge por parte del Consell de Mallorca, una cita que reunió a especialistas de diferentes ámbitos. 

“Hay espacios sanos y otros en mal estado”, apuntó Joan Cerdá, presidente de la demarcación de Mallorca del Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears (COAIB). También coincidió con él Lluïsa Dubon, quien destacó la importancia de intervenir en la zona periurbana de Palma y concretamente en su parque agrario. Pese que la zona de levante y norte se han mantenido con cierta calidad, también está en estado de abandono y hay que tener en cuenta que allí también destaca por su riqueza hídrica y patrimonial”. La presidenta de Palma XXI también remarcó que “es importante que las zonas agrícolas penetren en las grandes ciudades con el fin de mejorar la calidad de vida de los residentes”. 

“El Observatori del Paisatge acaba de empezar a caminar”, explicó Miquel Vadell, director insular de Territori del Consell de Mallorca. El político especificó que el paisaje incluye un factor humano ya que implica la percepción que se tiene del territorio y, a la vez, es un aspecto transversal ya que afecta a áreas y departamentos diferentes. “Por ello, una de las prioridades del Observatori del Paisatge es contar con el mayor número de miembros posible y abrirse a la participación ciudadana. No queremos que el Observatori sea un proyecto que solo dure tres años, sino que queremos que perdure en el tiempo, por ello es importante que se impliquen colectivos sociales y vecinales, y para cada asunto a tratar se crearán comisiones de trabajo participativas”.

El silencio forma parte del paisaje

Mariano Reaño, presidente de Amics de la Terra Mallorca, expresó su deseo en que las decisiones no solo queden en manos de la Administración y la participación ciudadana quede como letra muerta”. El ecologista lamentó que el Consell de Mallorca no haya puesto freno a la construcción de carreteras y promociones de viviendas: “en los últimos 25 años se han edificado 25.000 chalets en la isla y, además, en vez de potenciar el transporte público, se prioriza el coche. Tampoco veo que nadie hable de la importancia del silencio en el paisaje, especialmente en la Serra de Tramuntana que se ha convertido en un circuito de motoristas”.

Otra de las voces protagonistas del debate fue Felip Gelabert, delegado del Col·legi d’Enginyers Agrònoms. “Las zonas rústicas están considerablemente bien, pero hay zonas a mejorar como el Pla de Sant Jordi, cuyos molinos han perdido su funcionalidad. Hay que tener en cuenta que si un terreno no es económicamente viable no se puede pedir al propietario que lo mantenga”. Gelabert también lamentó que se habla de consumir alimentos de kilómetro cero pero cada vez la producción agrícola está más lejos de las ciudades. Además, añadió que las expectativas urbanísticas de los propietarios de zonas periurbanas es otro de los problemas para potenciar la producción agrícola cerca de las ciudades.

El debate fue moderado por el periodista y exsubdirector de Diario de Mallorca Joan Riera, quien recordó las palabras del arquitecto Rafael Moneo: “Mallorca tiene un paisaje extraordinario porque puedes pasar de una zona de montaña o del Pla a la playa en pocos minutos”. Cerdà remarcó que las transformaciones del paisaje no son inmediatas, por lo que las decisiones de hoy diseñan el paisaje del futuro. “Tanto arquitectos como ingenieros estamos sometidos a una infinidad de normativas que se solapan. Pedimos claridad para ejecutar bien los proyectos y planes urbanísticos”, reclamó el representante del COAIB. 

El Observatori del Paisatge, a debate

El Observatori del Paisatge, a debate

La transición energética, un reto

Por su parte, Miquel Vadell explicó que falta mucha formación en paisaje y la importancia de trabajar en equipos multidisciplinarios, algo que se impulsará desde el Observatori. “Hay arquitectos o ingenieros que creen erróneamente que integrar una infraestructura en el paisaje es sinónimo de ocultar. También hay que tener en cuenta los condicionantes de cada zona: por ejemplo no tiene sentido hacer muros de pedra en sec en las marjals de sa Pobla”. Vadell remarcó que la gran cantidad de visitantes que la isla ha tenido hasta ahora se debe a que -pese a atrocidades que se han cometido- todavía mantiene un paisaje espléndido: “Ahora tenemos retos como la transición energética, como los parques solares, que también modifican el paisaje pese a producir energía verde. Desde el Consell ya hemos presentado 50 acciones al Observatorio, muchas de las cuales ya hemos puesto en marcha como la recuperación de elementos etnológicos en la Serra de Tramuntana”.

Lluïsa Dubón añadió que hay que tener en cuenta que las pequeñas intervenciones pueden representar una gran mejora y que la participación público-privada es fundamental. “Que un vecino tenga cuidada su fachada, es una acción individual que ayuda mucho a conservar el paisaje”, comentó Gelabert, quien también criticó que en la obra pública se prioricen los criterios económicos a los paisajísticos.

El debate finalizó con la intervención del público que se mostró muy interesado en la temática. Uno de los asistentes apuntó a la necesidad de cuidar el paisaje de Bunyola y su entorno, donde se ubica parte de Son Reus y el impacto que provocan estas instalaciones; mientras que otra intervención se refirió a la finca de Son Pons, por donde pasará la próxima conexión de la vía de cintura y que impactará en más de 5.000 almendros plantados con dinero del impuesto turístico.

Los ponentes y el moderador junto a Marisa Goñi, directora de Diario de Mallorca, y Maria Antònia Garcias, consellera de Territorio del Consell de Mallorca Guillem Bosch