El excamarero de Tito’s que denunció las supuestas fiestas con alcohol, drogas y prostitutas con las que Cursach agasajaba a mandos policiales ratificó este miércoles estas acusaciones. El hombre, conocido como el testigo protegido 29 en la investigación al magnate, compareció como imputado en el TSJB, acusado de haber mentido en sus declaraciones, en la pieza que investiga las irregularidades cometidas por el juez Penalva, el fiscal Subirán y el grupo de Blanqueo. Según su versión, todas las imputaciones contra él son fruto de “un complot”, al tiempo que ha afirmado que nunca fue presionado por los investigadores para que acusara a Cursach y su entorno.

El testigo 29 compareció durante casi dos horas ante el juez Carlos Gómez, los fiscales Anticorrupción, su abogado y los letrados que ejercen la acusación particular en este procedimiento. Según explicó él mismo al concluir su comparecencia, negó haber mentido durante el procedimiento y se ratificó en su versión de que Cursach y los suyos pagaban a los policías que le favorecían con orgías de alcohol, drogas y sexo en la discoteca Tito’s, donde él trabajaba.

El hombre defendió la investigación de Penalva, Subirán y el grupo de Blanqueo de la Policía. Rechazó que las pesquisas estuvieran dirigidas para fabricar pruebas falsas y aseguró que nunca nadie le presionó ni amenazó para que declarase contra el empresario y los policías.

También ratificó que sufrió diversas agresiones de personas vinculadas a Cursach como represalia por sus declaraciones, unos hechos por los que dos personas han sido condenadas.

La Policía Nacional acusa al testigo 29 de haber inventado todas sus acusaciones, por lo que ha sido imputado en esta pieza que instruye el TSJB. El hombre atribuyó su situación a un “complot” orquestado por policías y abogados. Respecto a las declaraciones de la madama, que este martes dijo haber fabricado pruebas falsas al dictado de Penalva y Subirán, el hombre no ha querido pronunciarse.

El hombre mantuvo también, en su declaración en el TSJB, que todas las denuncias sobre agresiones y amenazas sufridas a partir de 2017 tras lanzar sus revelaciones contra Cursach y los suyos eran veraces. Negó, como sostienen las acusaciones, haberse inventado estos episodios para perjudicar a personas como venganza por antiguas rencillas. Uno de los agresores fue condenado a tres años y dos meses de prisión, fallo ratificado por el Tribunal Supremo, y otro a dos años y medio, confirmado por la Audiencia. 

“Nadie me ha coaccionado”

Ayer declaró también ante el TSJB, como testigo, uno de los hombres condenados por estas agresiones, que insistió en su inocencia y dijo ser víctima de una campaña de acoso por parte del testigo protegido 29. 

Los dos agentes de la Policía Nacional que llevan más de dos años investigando las presuntas ilegalidades cometidas en la investigación del caso Cursach sostienen, en un extenso informe, que este testigo protegido mintió tanto sobre las fiestas en Tito’s como sobre las agresiones con la connivencia del juez, el fiscal y el grupo de Blanqueo. Unas acusaciones que han desembocado en su imputación por parte del TSJB.

El acusado defendió a Penalva y Subirán: “A mí en ningún momento nadie me ha coaccionado o me ha forzado a decir algo que no quisiera”, sentenció. Además, atribuyó su situación a una conspiración para salvar a Cursach y el resto de imputados. “Es todo un complot. Lo puedo demostrar. Todo este informe saben que es falso, desde la página 1 hasta la 400. Lo puedo demostrar. Lo único que están intentando es que no llegue a declarar en la causa Cursach”, afirmó el sospechoso, que implicó abiertamente en esta maniobra a un antiguo inspector de la Policía Nacional –ya jubilado–, los dos agentes que investigan las irregularidades y dos abogados que representan a imputados del caso Cursach.