Estar en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) puntuará para obtener beca comedor este curso, así como estar recibiendo la prestación extraordinaria para autónomos activada por la pandemia, cualquier otra ayuda por situaciones laborales extraordinarias derivadas de la covid-19 o el subsidio de desempleo, como única fuente de ingresos en el momento de presentar la solicitud.

Estos son los criterios nuevos de la convocatoria de ayudas para el servicio de comedor escolar de este curso, que se suman a los de otros años (la renta de 2019). Se mantiene asimismo la concesión a beneficiarios directos (alumnos en acogida, refugiados o familias de víctimas de violencia de género). La conselleria de Educación prevé que a finales de este mes salga la convocatoria y que los padres ya puedan pedir las ayudas.

Este curso Educación ha subido de los 3,5 hasta los 7 millones el presupuesto para estas ayudas, utilizando parte del fondo covid-19 remitido desde el Gobierno central. El año pasado se beneficiaron un total de 6.230 alumno (3.490 de pública, 2.462 de concertada y 296 de 'escoletes' de 0-3 años) y el conseller de Educación, Martí March, calcula que este periodo académico las becas llegarán a unos 12.000 estudiantes, el doble.

Así lo ha indicado el conseller en la rueda de prensa de presentación de las novedades de la convocatoria de este año de las ayudas de comedor para el curso. March ha explicado los detalles junto a la directora general de Primera Infancia, Innovación y Comunidad Educativa, Amanda Fernández.

La cuantía máxima de las ayudas por motivo socioeconómico será de 880 euros, alrededor del 80% del coste del servicio (antes se cubría el 75%, se ha aumentado el porcentaje) que recibirán los alumnos que sean beneficiarios directos y aquellos que obtengan la máxima puntuación en la baremación. La ayuda mínima será de 275 euros. Además, también se lanzan las ayudas por motivos de desplazamiento, que irán de los 275 a los 550 euros.

A día de hoy hay en el archipiélago 185 centros con servicio de comedor, 149 en Mallorca, 23 en Ibiza y Formentera y 13 en Menorca. El año pasado, el curso empezó con 195 comedores, diez más que éste. En Mallorca este año hay de momento cuatro comedores menos.

La obligatoriedad de cumplir con las medidas de seguridad (por ejemplo, manteniendo los grupos estables que se aplican en tiempo de clase y evitando que los niños de diferentes grupos se mezclen) dificultan ofrecer este servicio. Educación ha anunciado que los centros contarán con 190 monitores adicionales para cumplir las medidas de seguridad, una contratación que supondrá una inversión de más de un millón de euros.

Amanda Fernández ha indicado que la convocatoria de las becas comedor se aprobará con un mes de retraso respecto al curso pasado, demora que se intentará compensar reduciendo plazos de tramitación. La directora general ha afirmado además que si se decreta de nuevo un cierre de colegios (de uno, de todos los de un barrio, o de todos por un confinamiento general), se prevé sustituir las tarjetas prepago que se emplearon en la primera ola de la pandemia por un ingreso directo en la cuenta corriente de las familias beneficiarias,a razón de 5 euros por día de servicio de comedor. Se buscarían soluciones específicas para aquellas familias que no tengan cuenta corriente, ha asegurado la directora general.

El conseller March ha señalado en que confía que el retraso en la publicación de la convocatoria (con el curso ya empezado) no se traduzca en un descenso del número de solicitantes y aseguró que si hay padres que no se han apuntado al servicio por no saber si podrán contar con la beca y realmente la necesitan los centros podrán ayudar en estos casos y adelantar el dinero o que si fuera necesario la Conselleria intervendría "para que no haya familias que se queden colgando".

Durante la rueda de prensa se ha recordado que Educación dedicó en el confinamiento 600.000 euros a indemnizar a las empresas responsables del servicio de comedor, además de invertir 2,15 millones en las tarjetas prepago que se repartieron.