Colegio Gabriel Vallseca, en el barrio de Son Gotleu. El grupo de wasap de los maestros echa humo la tarde del jueves 12, en cuanto se confirma el rumor a gritos de que los centros educativos tienen que cerrar. Al día siguiente, todos allí a las siete de la mañana para organizar lo esencial: material para que sus 455 alumnos puedan continuar aprendiendo durante la clausura y el confinamiento, anunciado un día despuésanunciado un día después. Saben que no les sirve el sistema que aplica la mayoría de los colegios, enviar las tareas diariamente por internet. "No llegan al 8 o 10% los niños que están conectados, más o menos el mismo porcentaje que los que tienen ordenador", afirma la directora, Asun Gallardo.

La fotocopiadora no cesa ni un minuto para poder preparar los cuadernillos imprescindibles con los que reforzar las competencias básicas en Educación Infantil y Primaria: matemáticas, lengua castellana y catalán. Además, les entregan libros de lectura infantil y un documento para los padres con consejos preventivos contra el coronavirus. Sin embargo, ese viernes excepcional el 40% de los alumnos no ha ido a clase debido a que sus familias están asustadas, por lo que los docentes tienen que hacer alrededor de 160 llamadas telefónicas "para citarles a las dos de la tarde en el centro o, como mucho, el lunes y entregarles el material asignado a cada curso", relata Gallardo.

Desde entonces, el teléfono es la solución. "Prácticamente todas las familias tienen smartphone, tal como añade la responsable del colegio público, con estudiantes originarios de una treintena de países. Resuelven dudas, reciben fotos de las tareas encomendadas y animan a los niños y sus padres casi sin descanso. "Todos están poniendo la carne en el asador. Hay un seguimiento constante, no solo educativo, sino sobre todo porque algunas familias sufren una situación delicada que se ha agravado", destaca.

Con el estado de alarma, los maestros del Gabriel Vallseca han empezado a detectar "problemas de alimentación en beneficiarios de la beca-comedor y en otros alumnos que no lo son". Por ello, el equipo docente se mantiene en contacto con el área municipal de Servicios Sociales y le informa de estos casos. "Es muy importante comprobar día a día cómo están, animarlos, reforzar el vínculo, que sepan que los profesores están ahí y les pueden ayudar en cualquier momento". La directora insiste en que "la gestión emocional es, en estas circunstancias, más esencial que nunca y los maestros están súper implicados".

Responsabilidad

El teléfono móvil "limita mucho el aprendizaje, aunque garantiza el seguimiento y que tengan cosas que hacer". Además, a través de él se pueden conectar a la página de Facebook del colegio, en la que también cuelgan tareas generales, cuentos y fotos de los niños que las familias van enviando. "Nos gustaría mucho tener otro tipo de recursos, pero nuestros alumnos y los padres están demostrando una gran responsabilidad". Pese a que hay algunos que no pueden seguir el ritmo, porque "viven una situación límite", Asun Gallardo valora "la capacidad que tienen de aprovechar al 100% lo que se les ofrece. Son muy agradecidos", resume sobre "la lección humana que dan" a quienes no padecen las dificultades añadidas de la brecha digital.

Este colegio de Son Gotleu es pionero en proyectos educativos y ganador junto al resto de centros públicos de la barriada del Premio Nacional Acción Magistral 2012. Con la iniciativa 'El barri educa, eduquem el barri', obtuvieron el importante galardón y "cuando esto pase", se llevarán de premio "tal vez el mejor aprendizaje que se pueda recibir en la vida, una nueva manera de relacionarnos y de convivir con nuestra familia y el resto de la sociedad", concluye Gallardo esperanzada.

Reducir la brecha

Cuando finalice la pandemia del coronavirus, también "habrá que sentarse con la administración para buscar soluciones a la brecha digital existente", como afirma el secretario de Enseñanza Pública del sindicato STEI, Cosme Orell. "Sin olvidar que nos encontramos en una circunstancia excepcional que nos ha pillado desprevenidos a todos, está claro que el avance de la educación pública en cuanto a nuevas tecnologías se tiene que hacer ya, no a medio plazo, como estaba previsto", advierte.

El portavoz sindical recuerda que "el retraso que llevamos ha quedado patente con esta crisis, por lo que los centros han tenido que redoblar esfuerzos para llegar a todos los estudiantes". Como el objetivo es continuar con el curso o reforzar lo ya aprendido, "cada profesor lo está haciendo de la mejor manera que sabe o puede en función de los recursos". Sin embargo, tras el confinamiento, estos servidores públicos pedirán una vez más "que se realice una fuerte inversión en educación", más imprescindible que nunca para evitar que ningún alumno acabe desconectado.

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