El juez que ha autorizado las salidas de Iñaki Urdangarin de la prisión dos días a la semana para hacer labores de voluntariado ha recalcado a Instituciones Penitenciarias que durante estas tareas no podrá salir a restaurantes ni disponer del móvil y afirma que el régimen de comunicaciones y visitas es "única y exclusivamente" el del Reglamento Penitenciario.

"Queda terminantemente prohibido cualesquiera comunicación con los familiares en el horario establecido de salidas, incluidas las llamadas telefónicas y otros medios de similar eficacia, incluido mensajería (whatsapp, skype...).

También afirma el Juzgado que el interno no puede salir de las instalaciones salvo en caso de acompañamientos de las personas a su cargo en sus paseos por las inmediaciones y matiza que el penado deberá realizar las comidas en las propias dependencias del centro.

Según ha avanzado el Norte de Castilla, esta advertencia del magistrado se contrapone con lo que había trascendido en los últimos días en el sentido de que el yerno del Rey podría recibir visitas y salir a comer fuera del centro de discapacitados donde desarrolla la labor social.

Las salidas de Iñaki Urdangarin las autorizó el juez al considerar que peligraba su sociabilidad por el régimen de aislamiento. El centro penitenciario se opuso, al igual d ela Fiscalía que estudia recurrir la resolución. El marido de la infanta Cristina cumple condena de cinco años y diez meses por el 'caso Noos' en la prisión de Ávila, una cárcel de mujeres que él mismo eligió. Urdangarin está solo en un módulo especial, ya que no hay ningún otro interno hombre en el recinto.

Su primera salida como voluntario de la ONG Hogar Don Orione se produjo ayer y se prolongó ocho horas. Urdangarin recorrió los 103 kilómetros que separan la prisión del centro de discapacitados, ubicado en Pozuelo de Alarcón, donde fue denominado "guapete alto" por parte de uno de los residentes. Durante la jornada, realizó labores en las unidades de movilidad, encargadas de la psicomotricidad y de la fisioterapia, según señalaron fuentes del propio centro. A su llegada recibió un kit de voluntario con una indentidicación y una camiseta blanca con el lema "Atrévete. ¡Haz lo ordinario extraordinario!", un mensaje del Papa Francisco. Urdnagarin comió con los residentes, aunque se llevó manzanas y plátanos de la prisión.

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