La llegada de cruceros centra el debate social en Baleares. Cuatro de cada diez ciudadanos opina que hay que regular y limitar su número. El 35% declara que son perjudiciales por el gran impacto que supone la llegada de 6.000 personas de golpe al o que su suma su elevada contaminación.

Así lo exponen los isleños en la encuesta Opinión ciudadana sobre el turismo, de Cuadernos Gadeso número 371. El 24% cree que es los cruceros son un buen producto y destacan que proporcionan una gran capacidad adquisitiva que puede elevar al sector comercial. Para aquellos que se muestran preocupados por el impacto de estos barcos gigantes, es de destacar que el nuevo Govern planea limitar la llegada de cruceros y regular también su capacidad, pues como ha expresado el conseller de Modelo Económico, Trabajo y Turismo, Iago Negueruela, cada vez son más grandes los barcos y transportan a un elevado número de pasajeros, lo que hace necesario "poner un techo" en el archipiélago.hace necesario "poner un techo"

Por otro lado, solo el 30% cree que el alquiler turístico se trata de una demanda real y el 35% opina que provocan el aumento del precio de los alquileres. Cuatro de cada diez baleares consideran que todavía hay que mejorar la regulación del alquiler vacacional

La incertidumbre que reina entre el empresariado turístico se extiende entre la ciudadanía, pues no podía ser de otra manera dado el cambio coyuntural a la baja al que ya se alude en esta temporada alta. Más de la mitad de los baleares expresan sentir incertidumbre especialmente ante la rentabilidad social (62%). Por otra lado, la encuesta alude a la "leyenda urbana" de que la ciudadanía pone de manifestó cierta turismofobia.

Entre los isleños baja percepción de que la actividad turística genera puestos de trabajo, sobre todo por el modelo de mano de obra intensiva y de baja cualificación. La estacionalidad es el principal punto débil que detectan los ciudadanos, en un porcentaje del 85%, seguido por la excesiva ocupación del territorio o las infraestructuras para ocho de cada diez baleares.

La dependencia del turismo en Baleares y la baja calidad del trabajo lleva a considerar necesario que se implanten nuevas actividades productivas, una reconversión del modelo turístico que no sea incompatible con la capacidad de un territorio tan limitado y delicado como el del archipiélago.

Diversificación más allá del producto de sol y playa e innovación para alcanzar la desestacionalización, junto con una gestión eficiente de los recursos naturales y el territorio y la estabilidad de los puestos de trabajo, son el camino para alcanzar la excelencia en el sector. En concreto, sobre el alargamiento de la temporada los isleños no se muestran entusiastas ni tampoco con la gestión del medio ambiente.

A pesar de la mejora de las condiciones con el alza salarial del convenio de hostelería vigente, falta mucho para terminar con la temporalidad y la baja calidad del trabajo, lo que limita las condiciones de vida de las personas que trabajan en el sector.