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Más ahorro en menos oficinas

Los isleños mantienen al alza sus depósitos en unos bancos con una red de atención al público cada vez más pequeña

Más ahorro en menos oficinas

El esfuerzo de familias y empresas de Balears por sanear sus financias se mantiene, y el pasado año se cerró con una nueva subida interanual en su nivel de ahorro y una reducción de su endeudamiento, según los datos facilitados por el Banco de España. Y todo ello coincidiendo con un recorte en el número de entidades financieras y de su red de oficinas, esta última rebajada prácticamente a la mitad a lo largo de la última década.

Para empezar, la deuda que los baleares tienen con las entidades financieras se situaba al cierre del pasado año en 29.045 millones de euros, un importe que en 2009 alcanzaba los 46.661 millones y que a finales de 2017 era de 30.554 millones. Eso supone que desde el inicio de la crisis hasta ahora se ha producido un recorte de algo más de un tercio de lo que los residentes en las islas debían a los bancos.

Por lo que respecta al ahorro, el valor de los depósitos en los bancos alcanzó al cierre de 2018 los 25.628 millones de euros, superando claramente los 24.922 millones de finales de 2017.

Para hacerse una idea del esfuerzo que familias y empresas de las islas han hecho para mejorar sus reservas financieras, basta señalar que esos depósitos se cifraban en 20.343 millones en 2009, una cantidad que en 2012 se había reducido hasta los 18.734 millones de euros, para iniciar a partir de ese momento una senda ascendente.

Lo importante de los datos facilitados por el Banco de España no es solo la citada evolución, sino la relación existente entre el crédito concedido por la banca y los depósitos. En estos momentos, por cada euro depositado en las entidades financieras, los habitantes de las islas deben 1,1 euros a la banca, lo que sitúa ambos apartados prácticamente a la par. En 2009, por cada euro ahorrado, la deuda era de 2,3.

Los economistas señalan que este desapalancamiento hace que los habitantes de Balears se encuentren en la actualidad en mejores condiciones para soportar una crisis que en 2008, cuando se inició la anterior.

La aversión al endeudamiento que se ha generado explica que muchas de las inversiones que las empresas han venido realizando durante los últimos años se han financiado con fondos propios y no recurriendo a los créditos bancarios, una estrategia que tiene a alguna cadena hotelera de la isla como ejemplo.

Del mismo modo, el consumo de las familias del archipiélago ha venido creciendo a ritmos más débiles que la mejoría de la economía balear.

Menor red bancaria

El ahorro crece con fuerza en un contexto de fuerte ajuste en las entidades financieras, que además de reducir su número de la mano de la desaparición de las antiguas cajas de ahorros, han apostado también por una potente rebaja de su red de oficinas para concentrar y especializar sus servicios.

En 2008, cuando comenzaba la crisis, las entidades financieras disponían en el archipiélago de 1.256 oficinas. Al cierre del pasado año, esta cantidad había descendido hasta situarse en las 759. Es decir, por cada diez de estas instalaciones abiertas hace una década, ahora solo quedan seis.

Hay que recordar las situaciones vividas por las dos entidades con más peso en Balears. La fusión de Sa Nostra, mientras que CaixaBank se encuentra actualmente inmersa en un expediente de regulación de empleo que va a conllevar también una rebaja en sus puntos de atención al público.

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