Mientras Theresa May sigue negociando a dos bandas, en Bruselas y en el Parlamento, una modificación del acuerdo de divorcio, la fecha de la salida oficial del Reino Unido de la Unión Europea está a la vuelta de la esquina. En el caso de que llegado el 29 de marzo se confirme el peor escenario con un abandono abrupto, en Son Sant Joan ya se ha encontrado "una posible solución": una sala única.

El aeropuerto de Palma adaptaría su sala de llegadas para convertirla en lo que se denomina así, sala única, y funciona en muchas otras instalaciones aeroportuarias, explican fuentes de Aena. En el caso de que sea irremediable afrontar las consecuencias de un brexit duro, se cerrarían todas las salidas que hay actualmente en la zona de llegadas a excepción de la central. De esta manera, Aduanas podría hacer el control de los pasajeros británicos y de sus equipajes adaptándose a ese nuevo escenario, en el que se convierten en ciudadanos extracomunitarios.

A las puertas de la temporada

El mercado británico es el segundo en importancia, tras el alemán, en Son Sant Joan. En 2018 se contabilizaron más de 5,4 millones de pasajeros de un total que superó los 29 millones. Aunque la cifra descendió un 4% respecto a 2017, los pasajeros británicos supusieron el 18,6% del total de los que transitaron por el aeropuerto palmesano. El pasado mes de enero fueron 48. 827 viajeros, un 14,6% más que en el mismo periodo del año pasado.

Cuando se supone que el brexit ya se habrá consumado (aunque todo está por ver y quién sabe en qué escenario puede desembocar este primer divorcio a la europea), estaremos a las puertas del inicio de la temporada y con las vacaciones de Semana Santa a la vista. Son Sant Joan estará en pleno despegue.

Para que Aduanas haga su trabajo en este contexto inédito con los británicos, por caído en desuso tras la libre circulación de ciudadanos europeos, "los pasajeros tendrían que hacer un pequeño rodeo", señalan las fuentes de Aena. Es decir, se ralentizará el tiempo en la salida de los viajeros.

A finales de año desde Aduanas de Balears, Miguel Morey, su responsable, expresó su preocupación ante que las 18 cintas para equipajes disponibles en el aeropuerto resultarían insuficientes con este nuevo panorama. En la actualidad parece que, con las reuniones de coordinación que se han estado llevando a cabo con las autoridades estatales para coordinar un plan de contigencia ante el brexit, los temores se van disipando y habrá ampliación de personal en Aduanas para el control de pasajeros y mercancías.

Devolución del IVA

La Agencia Tributaria también está trabajando ante los efectos de un brexit duro a sabiendas de que en los aeropuertos de mayor afluencia de viajeros procedentes del Reino Unido, como en los de Balears, también tiene que reforzar la plantilla.

Para que los británicos puedan solicitar la devolución del IVA se está automatizando el proceso.

En este escenario que afrontará el aeropuerto hay que celebrar que cuenta desde el verano con las máquinas de control de pasajeros en llegadas y salidas para los pasajeros de la UE No Schengen.