El inspector Antonio Suárez, responsable de la Udico, también desmintió ante el juez Sobrino que hubiera recibido un soborno económico del clan de La Paca, a cambio de avisar cada vez que estaba prevista una redada en el poblado de Son Banya. El policía, que está a punto de jubilarse, se mostró muy enfadado de que se le haya implicado en esta investigación que, inicialmente, se centró sobre la figura del excomisario Cerdà. Por ello calificó de "canallada" que se diera credibilidad a unas personas que están implicadas en el tráfico de drogas, como son La Guapi y su novio, el antiguo piloto de helicópteros del Ejército, que aseguran que sobornaban a Suárez, a cambio de que les proporcionara información.

Suárez, defendido por el abogado José Zaforteza, afirma que ha sido víctima de una venganza, orquestada por sus propios compañeros, si bien se negó a señalar ningún nombre concreto. "Me he limitado a hacer mi trabajo", señaló Suárez, que recordó que él es el máximo responsable de las actuaciones realizadas en el poblado de Son Banya que han supuesto la desarticulación de la mayoría de clanes que se han venido dedicando al tráfico de drogas. Entre estas detenciones estaría la de La Guapi, que hace unos meses fue detenida cuando llegaba al poblado con una importante cantidad de droga en su poder.

La principal prueba que maneja el juez y que ha justificado la citación como investigado del inspector Suárez, es la declaración que realizó el novio de La Guapi. El joven militar fue interrogado en la cárcel donde está cumpliendo condena. Explicó que había sido confidente del inspector de Policía y que en Son Banya era un secreto a voces que había dos mandos de Jefatura que protegían a los clanes de traficantes del poblado, a cambio de una recompensa económica. Señaló que dichos mandos eran Suárez y Cerdà.

El novio piloto de la hija de La Paca afirmó también que en uno de los encuentros que mantuvo con Suárez, el mando policial le pidió que le consiguiera un décimo de lotería premiado, si bien no se lo llegó a entregar. Este joven, llamado David, es precisamente la persona que fue grabada y que señaló que una parte del dinero que La Guapi, desde la cárcel, estaba intentando salvar era "para un pez gordo". El militar afirmó que esta descripción respondía a un policía que estaba recibiendo dinero, a cambio de proporcionar información a los clanes.

Suárez se mostró contrariado con que, tanto sus compañeros que han intervenido en este caso como los responsables de la investigación judicial, le den algún tipo de crédito a este tipo de declaraciones.